domingo, 15 de diciembre de 2013

Mierda fuera. Aceptando mis pecados.

He contado esta historia en varias ocasiones, pero a pesar de mi buena memoria, han pasado 4 años de todo aquello, así que espero que no se me olvide ningún detalle.

En julio del 2009 yo llevaba 3 años de relación con Ángel. Tenía 25 años recién cumplidos y la sensación de que no había vivido nada. Sólo me había acostado con 3 personas en mi vida y ni siquiera tenía ganas de acostarme con mi novio a pesar de que vivíamos juntos y solos. Aquello me hizo replantearme bastantes cosas y decidí que no podía seguir con Ángel. 


Por delante me esperaba un verano alucinante con mis amigas y además uno de mis amigos volvía a España esos días. Teníamos mucho feeling y la verdad que nunca habíamos tenido nada porque cuando reapareció en mi vida la primera vez yo estaba con Ángel y ya he dicho que no creo en la infidelidad. El caso es que ahora estaba soltera y no pensaba que hubiera nada malo en materializar la tensión sexual que había siempre entre nosotros. Luego yo me rayé y no volvió a pasar nada entre nosotros. Ese fue uno de los primeros errores que cometería ese año. Pero bueno, pasó una vez y después pudimos volver a ser amigos.


El caso es que pasé un verano soñado. Nos fuimos de vacaciones las chicas, salíamos a tomar algo todas las tardes después del trabajo, y el caso de tener una casa de 100m2 para mi sola no me agobiaba en absoluto. Hasta que llegó septiembre. Se acabó el horario continuado y el tomarse algo a la salida del trabajo. Me sentía sola y en ese momento apareció una de esas personas capaces de sentir cuando alguien necesitaba que le regalaran el oído y qué decir exactamente.


Hoy en día miro hacia atrás y me siento estúpida por haberme creído una sola de las cosas que Alimaña me dijo. Pero bueno antes voy a presentaros a Alimaña.


Conocí a Alimaña en el trabajo, en una de las oficinas a las que yo iba de vez en cuando a trabajar. Era un rapero de 32 años al que le encantaba todo lo que tuviera que ver con USA. Así que hablábamos de nuestros viajes y me comentó que tenía planeado un viaje a New York con los amigos en breve y que si quería podía irme con ellos. Yo no estaba bien y él lo sabía, y empezó a "cortejarme". Un día después de trabajar me pidió que le llevara a casa ya que no vivíamos muy lejos. Me pidió que le dejara cerca del centro comercial y en el coche, cuando llegamos, me djo que había estado pensando y que no podíamos ir juntos a New York porque sería una bomba de relojería. Y me besó. Y me dijo mil cosas bonitas al oído. Y yo me los dejé regalar.


Nada más bajarse del coche, llamé a una de mis princesas y le conté lo que me acababa de pasar y se alegró por mi pero me advirtió que no me creyera todo lo que me dijera, que había mucho listo con mucha labia suelto. Pero, ¿qué podía salir mal de aquello?


Nunca había estado sola. A los 17 años empecé a salir con mi primer novio y había hilado aquella relación con Ángel prácticamente sin mucho tiempo entre ellas y aquel período de tiempo sin pareja me estaba matando. El verano había estado bien pero ya tenía 25 años y estaba SOLA!! Hoy tengo 29 y creo que no he estado tan a gusto en mi vida. Pero el caso es que por alguna extraña razón pensaba que tenía que encontrar a alguien y que tenía que hacerlo rápido.


Y Alimaña parecía un buen candidato. Quiero decir, no era guapo (hoy en día siempre que le digo a la gente que he estado con trolls les pongo su foto, y todos me dan la razón oye!) pero nunca me han importado los fisicos lo más mínimo y como persona, teniendo en cuenta que estaba cumpliendo con su papel a las mil maravillas, era muy decente. Así que primero me enteré de que tenía un hijo de 3 años. Una monada de niño al que incluso tuve la oportunidad de conocer en varias ocasiones.


Nos veíamos sobre todo los fines de semana. Yo iba a buscarle al trabajo durante sus descansos e íbamos a mi casa. Si quedábamos a diario o me decía que se pasaría por mi trabajo, al final siempre acababa rompiendo los planes por algún motivo. Recuerdo un día que iba a venir con un amigo, para presentármelo, puesto que era algo que yo le pedía (no sé por que era importante para mi conocer a su círculo) y acabó llamándome para cancelarlo porque había tenido que quedarse con el niño a última hora (hasta hablé con el niño por teléfono). El caso es que me daba una serie de detalles que me hacían pensar que no tenía mujer, puesto que siempre hablaba de la madre del niño como "la madre del niño" aunque bien es cierto que yo nunca pregunté.


El caso es que a finales de septiembre y tras casi un mes de relación durante el cual incluso había desaparecido una semana (más tarde me enteré que fueron unas vacaciones familiares) él sacaba un disco y la cantidad de mensajes en su muro de facebook me hicieron darme cuenta que la madre de su hijo no era sólamente la madre de su hijo sino que también era su mujer.


Le enfrenté y lo reconoció. Pero ninguno de los dos fuimos capaces de dejarlo ir. No sé por qué. Él me decía que no la quería, que por eso la trataba como la madre de su hijo, que tenían problemas pero que no podía separarse y me pedía tiempo. Y allí estaba yo, accediendo a algo que ya no tenía ni siquiera sentido para mi puesto que hasta en el fondo de mi ser, pensaba que no quería que dejara a su mujer por mi. Pero tampoco pude alejarme.


El día que presentó el disco de su grupo en el fnac de Leganés, fui a verlos. Incluso conocí a la mujer a la que me presentó como si yo fuera una compañera de trabajo. El caso es que ese día vi que quizá la única manera de poder estar cerca de él era ir metiéndome en su círculo de amigos y por lo menos disfrutar de su compañía con la excusa de que era una más. Y ese día conocí a uno de sus amigos. (A este le vamos a llamar Yago). El caso es que después del concierto se acercó a mi e intentó ligar conmigo. Yo había escuchado que por la noche iban a celebrar el cumpleaños de uno de ellos en la plaza de Santo Domingo y pensé que la mejor opción para presentarme en el cumpleaños era si Yago me invitaba. Así que cuando me dijo que si nos íbamos a tomar algo, le dije que sí. Fuímos a tomar algo y después al cumpleaños y a eso de las dos decicí decir que me marchaba porque al día siguiente curraba y madrugaba. Pero Yago quería venirse conmigo. Le dije que le acercaba hasta su casa si quería, porque teniendo en cuenta que le había utilizado para ir hasta la fiesta me sentía un poco mal y un poco culpable como para no llevarle por lo menos hasta su casa. El problema es que Yago no tenía la mínima intención de irse a su casa (básicamente porque no tenía de eso, aunque yo lo descubriría más tarde cuando le conté a Alimaña la horrible noche que había pasado). Acabamos en mi casa y gracias a mi horrible problema para decir que "no", acabé con un tío en mi cama. Le hice la cobra como 20000 veces en toda la noche pero estaba rendida, con muchísimo sueño y sabiendo que en nada me tenía que levantar para ir a trabajar y no había manera de que me dejara tranquila. Así que le dejé quedarse a dormir y le dije que no se le ocurriera meterme mano. Se portó bastante bien aunque aún así la tensión y las ganas de vomitar al ver a donde me había llevado mi estupidez de la noche, no me dejaron pegar ojo. A la mañana siguiente me pidió mi teléfono, nos despedimos en el portal de mi casa con otra cobra más y punto. En cuanto llegue al trabajo llame a Alimaña y le conté todo lo que había pasado. Me dijo que lo sentía pero que no tenía que preocuparme de nada porque Yago no iría diciendo nada de lo que había pasado, ni siquiera aunque hubiera pasado "si en vez de Yago hubiera sido Esteban puedes estar segura que ahora todo el mundo sabría hasta lo que no pasó" me dijo...


Y mi relación con Alimaña siguió su curso. Vosotros pensaréis que a estas alturas ya debía haber aprendido una lección ¿verdad? En plan no vas a sacar nada bueno de relacionarte con los amigos del tío este... pues no chicos no. Tenía 25 años y era el ser más estúpido del universo así que seguí haciendo amigos de su círculo como por ejemplo Daniel.


El caso es que la relación con Alimaña empezó a tomar una tónica bastante dolorosa para mis sentimientos y para mi salud mental. Nos pasábamos un fin de semana juntos, al que le seguía una semana de silencio, un mail o mensaje privado en alguna red social diciéndome que no podía seguir con aquello, seguido de otro mail o mensaje pidiéndome perdón y diciéndome que no podía sacarme de su vida, que todo eso se acabaría el día en que yo conociera a otra persona y decidiera cortar aquello. Todo esto acompañado de mis momentos de bajón en los que mis princesas las pobres no sabían que hacer ni cómo ayudarme a que me diera cuenta de que Alimaña no era lo que yo me merecía.


Y así fue como un viernes 21 de noviembre todo cambió. El fin de semana antes, Alimaña me dijo que si había escuchado el nuevo trabajo de Jaime. Me dijo que me lo descargara y que lo escuchara. Era uno de sus amigos aunque yo no le había conocido de momento. Lo hice y flipé. Me encantó. Duro, chulo, pero molaba un montón. Y aquel viernes decidí enviarle un mensaje para decirle que molaba mucho lo que había sacado. 


Empezamos a intercambiarnos mensajes por las redes sociales, le dije que era amiga de Alimaña y que trabábamos juntos y me invitó a cenar por la noche.


Me acojoné. Nunca en mi vida me había ido a cenar con alguien a quien no conociera de nada. En las fotos estaba bastante bueno, aunque tenía una cara de malo que flipabas, pero ¿cómo iba a irme a cenar con un tío que no conocía de nada? Alimaña no me importaba la verdad. Levaba toda la semana sin saber nada él y sabía que era producto de una de sus ralladuras que ya me estaban empezando a cansar y no iba a pasarme el fin de semana en casa esperando a que me llamara, menos sabiendo que la llamada o mensaje que recibiría sería un "no puedo seguir con esto". Además se suponía que estaba camino de Barcelona para dar un concierto con Daniel y con Esteban así que... Así que le dije a Jaime que sí. Que cenábamos juntos.


Aunque a media tarde Daniel me llamó para decirme que no se iban a Barcelona al final y que a la salida del curro me recogía con Esteban para ir a tomar algo. Me venían genial. Ellos eran amigos de Jaime, bastante amigos la verdad y yo iba a quedar con alguien a quien ni siquiera había visto en mi vida. Supuse que sería más fácil si había alguien más que nos hiciera de nexo. Aunque a Jaime no le hizo ninguna gracia enterarse de que yo había quedado con sus amigos antes y que no estaba en casa preparándome para su cita. Pero bueno, Daniel hizo de nexo durante los primeros cinco minutos y relajó bastante la tensión.


De cómo fue la cena, ya he hablado en otra entrada. Fue sencillamente E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-AR Creo que en mi vida me he sentido tan bien con alguien. Hablamos sin parar, le conté la historia con Yago y le pedí que no se riera, y se rió, y me dijo que él no habría podido dormir conmigo en la misma cama y no meterme mano. Y me dejó en casa. Sana y salva, con un beso en la mejilla y una invitación para su cumpleaños al día siguiente. Y un mensaje en el movil cuando llegó a casa diciéndome que se lo había pasado genial.


Al día siguiente me entró el pánico de que Alimaña se fuera a enterar de que me había ido a cenar con su amigo y le pedí a Jaime que no dijera nada de la cena porque no quería que nadie del trabajo se enterara de lo que hacía o dejaba de hacer. En el momento en que envié el mensaje a Jaime, Alimaña me estaba enviando un mensaje por el facebook diciéndome que no podía seguir así que se acababa todo. Y yo me sentí liberada. 


Acaba de pasar una noche increíble con un chico increíble y ¿el tío que llevaba mareándome casi tres meses me decía que no podía seguir con aquello? Pues adiós amigo!


Jaime se enfadó un poco cuando leyó mi menaje pero le convencí para que lo olvidara y fui a recogerle por la noche con Daniel y Esteban para ir a celebrar su cumpleaños a la plaza de Santo Domingo. 

Llegamos de la mano y a pesar de que él era el cumpleañero todos sus colegas ya estaban ahí. Incluido Alimaña que en cuanto nos vio llegar se imaginó todo lo que estaba pasando sin que nadie se lo dijera. A la media hora de llegar, y en un momento en que Jaime se había ido no sé a donde, Alimaña se acercó a mi y me dijo que qué estaba haciendo allí con ESE.  Aunque sólo llevábamos "juntos" tres meses, me conocía desde hacía 8 y sabía exactamente qué es lo que tenía que decir. Me dijo que Jaime era un cocainómano. Que en ese momento se estaba metiendo una raya con Daniel y que no era un chico para mi. Que él me quería. Que nunca pensó que tendría la suerte de encontrar a su media naranja y que había encontrado dos. Que le diera tiempo. Y que lo que tenía que hacer era decir que me encontraba mal y que me iba a casa, y que como vivíamos cerca que él se venía conmigo. Estaba en shock. Siempre he sido de la liga antidroga. En mi vida había visto ni probado la cocaína y en mi mente no entraba la idea de estar con un chico que se metiera. Así que le dije a Jaime que me iba y me acompañó al coche a sacar las botellas de alcohol. Él no sabía nada de lo que estaba pasando. Sabía que yo estaba mal y casi sin voz y que había madrugado para ir a trabajar así que no pensó que me pasara nada. Y en el coche me pidió un beso. Iba a ser nuestro primer beso y yo no quería dárselo. Acaba de meterse coca y en aquel momento yo pensé que aquel era el peor crimen que se podía cometer. (Madre mía cuanta estupidez que tenía encima con un cuarto de siglo) Así que a regañadientes y después de que me lo pidiera mucho con la cosa de que era su cumpleaños y todo eso, se lo dí. Sólo quería largarme de allí y me pareció que era la única manera de lograrlo. No me paré y le dije la verdad. Aunque ahora lo pienso y hubiera sido lo más inteligente y valiente. Pero decidí huir como una cobarde. Quedamos en que me llamaba al día siguiente.

A estas alturas debo decir que yo tenía un grave problema (¿sólo uno?) que me haría ir al psicólogo mas tarde, que consistía en no saber decir que no a la gente. No me gustaban los conflictos ni quedar mal y eso me llevaba en muchas ocasiones a hacer cosas que no quería y que incluso me hacían sentirme muy mal conmigo misma (como que Yago se quedara a dormir en mi casa o besar Jaime esa noche)

Y el lunes volvimos a quedar. No pude evitar esa cita porque no quería decirle exactamente la verdad ni quedar mal así que ideé un plan para que fuera él el que no quisiera nada conmigo. Durante nuestra primera cita me había dicho que aunque sus canciones y sus apariencia era de chulo, cuando estaba con alguien, igual que daba exclusividad la pedía. Así que quedamos en mi casa aquel lunes 24 de noviembre y una de las primera cosas que le dije fue que yo no iba a poder darle exclusividad porque estaba con otras dos personas: un chico y una chica. Y que no sabía si quería iniciar algo con una tercera persona.

Y su reacción no fue la que yo esperaba. Le pareció "duro" pero me dijo que quizá necesitábamos ambos un tiempo para sopesar y pensar si queríamos tener una "relación" que no fuera exclusiva. Y no se fue de mi casa. Pedimos para cenar e intenté que se fuera pero me dijo que era tarde, que al día siguiente ambos madrugábamos para ir a trabajar y que por favor le dejara quedarse a dormir. Y yo no supe decir que no. Y él me lo había avisado, "yo no sería capaz de dormir contigo en la misma cama y no meterte mano". Así que acabé follando con él, como diría mi Loquita, por educación, por no saber decir que no. Pero sin ganas ninguna y sin poder sacarme de la cabeza que estaba follando con un tío que se metía coca.

Así que al día siguiente nos despedimos y quedamos en que dedicaríamos la semana a pensar en qué era lo que queríamos de aquella relación.  Yo aquella semana libraba jueves, viernes, sábado y domingo y como caído del cielo, o quizá con su intención aquella de "sabe más el diablo por viejo que por diablo", Alimaña me llamó el jueves por la mañana temprano para invitarme a pasar el día entero con él. Fuimos al estudio de fotografía de uno de sus mejores amigos y desde que se montó en el coche no paró de hablarme de Jaime, y no precisamente bien. Además me llevaba al estudio de fotografía de un chico que también le conocía y cuya opinión no era del todo buena. Digamos que me pasé como doce horas oyendo perlitas sobre Jaime. Hoy miro hacia atrás y parece que estaba hasta planeado. Y lo más duro de todo es que aquella información venía de una persona a la que Jaime no le había dedicado más que elogios la primera noche que cenamos. Alguien a quien Jaime consideraba como un hermano, a quien quería y respetaba y en quien confiaba.

Me contaron anécdotas de viajes, de conciertos, de sesiones de fotos, actitudes... y yo sólo escuchaba y flipaba.

Al día siguiente mis padres vinieron de Galicia con mi hermano y como le encantaba la música de Jaime, a pesar de que ya le había dicho por la mañana que mejor lo dejábamos como estaba y no nos veíamos más, llevé a mi hermano y a su amigo al concierto. Además allí estaban también Daniel y Esteban y yo seguía llevándome bien con ellos. 

Era la primera vez que veía a Jaime en concierto y su actitud me hizo creer más los comentarios que Alimaña y el fotógrafo habían dicho de él.

A la semana siguiente, con Alimaña otra vez desaparecido en combate, me fui de fiesta un día de diario con Daniel y Esteban y acabé en casa de Esteban. No me preguntéis que es lo que se me pasó por la cabeza porque no lo sé. Pero pensaba que tampoco se acabaría el mundo por tener sexo por sexo por una vez en mi vida. Era lo que los adultos hacían ¿no? Un polvo y ya está, sin que significara nada.

No me paré a pensar que las cosas nunca habían funcionado así para mi (y siguen sin funcionar). Salí de casa de Esteban sin dormir a las 8 de la mañana para irme al curro y cuando mi jornada laboral se acabó a las 7 de las tarde, me fui al barrio de mis amigas, me tiré en el suelo de la cancha de fútbol del Campito, les conté todo lo que había pasado hasta el momento y me puse a llorar rota de dolor. Me sentía sucia. Me sentía mal. No sabía por qué estaba actuando de esa manera. No sabía por qué estaba quedando con una panda de gente que no tenía nada que ver conmigo. Por qué estaba actuando como una puta a la que se iban pasando. Hasta ese momento me había acostado en toda mi vida con cinco personas, y en tres meses me había tirado a tres tíos por los que encima ni siquiera tenía sentimientos y que se conocían!! Esto era peor que Al Salir de Clase!! Así que mi J preferida me dijo que se acababa, que o espabilaba o me daba dos hostias. Que ya estaba bien de jugar a ser quien no era. Que yo no era esa persona y que no podían seguir viendo cómo hacía el gilipollas. Les dije que ese fin de semana estaban todos fuera de concierto así que no quedaría con ellos y que con Alimaña ya estaba todo terminado por mi parte así que no quedaría más con él.

El problema es que el fin de semana era un fin de semana largo. Puente de diciembre. Y el viernes todo estuvo en orden porque los raperos estaban de viaje de concierto por tierras norteñas, pero el sábado cuando volvieron, Jaime subió una foto al tuenti que me hizo pensar un montón de cosas. Y le mandé un mensaje. Y se lo dije. Le dije que cada vez que pensaba en él me venía una sensación muy rara. Por que por un lado estaba la persona con la que yo había tenido aquella primera cita, aquella cena perfecta, por otro lado estaba la persona a la que había visto en el concierto, el personaje, y por otro la persona que me habían contado que era. Y había algo que no me cuadraba. Me contestó (oh yeah) y me dijo que el personaje sólo era eso, el personaje, el chico malo con mucha vida detrás que se desahogaba en las letras de las canciones y que no podía fiarme de la persona que me habían dicho que era. Que la persona de verdad, era la que había ido a cenar conmigo y con eso era con lo que tenía que quedarme.

Le volví a dar mi número por si acaso lo había borrado después de cómo había decidido yo que no nos volviéramos a ver, me confirmó que lo había borrado y le dije que si algún día quería cenar y hablar que me llamara. A las cinco minutos me estaba llamando y diciendo que si no tenía planes que me dejaba invitarle a cenar. Y repetimos.

Y volvió a ser increíble. Y sutilmente empecé a intentar averiguar qué de todo lo que me habían contado era verdad y qué no (claro que él nunca pensó que detrás de toda aquella información estuviera Alimaña sino Alejo, otro rapero amigo de Alimaña con el que yo también trabaja y con el que Jaime no tenía nada de buena relación). Y me explicó todas aquellas situaciones y cómo habían sido en realidad. Y me dijo que sí que era cierto que se metía coca de vez en cuando, pero me preguntó si era un problema porque siempre que había tenido pareja y la coca había sido un problema, no se metía. 

Y esa noche me acosté con él. Pero esta vez queriendo hacerlo con todo mi ser. Y el domingo, en vez de irse a su casa, canceló sus planes y lo pasamos juntos. Y el lunes, fuimos a su casa a por ropa y el cepillo de dientes y lo pasamos juntos. Y el martes 8 de diciembre, y fin del puente de mi vida, lo pasamos juntos hasta el último momento en que tuvimos que despedirnos porque no podíamos seguir tan pegados. Al día siguiente madrugábamos y trabajábamos y en algún momento había que separarse aunque no quisiéramos. 

Y se fue. Y me metí en la ducha. Y pensé en cómo se lo iba a contar. Porque vale que lo de Esteban no había significado una puta mierda y era una tontería contarlo, pero lo de Alimaña tenía que saberlo. Tenía que saber la opinión que tenía de él alguien en quien confiaba tanto. Y nunca pensé que el que se enterara de la verdad, aunque fuera por mi boca, haría que me odiara tanto. Quizá fue el hecho de que se enteró al día siguiente de que el puente acabara por circunstancias que a mi se me vinieron encima y que no supe como manejar. El caso es que un día después de que el puente de la felicidad hubiera pasado por mi vida y de pensar que ya estaba, que ya había encontrado a la persona con la que quería estar, todo se derrumbó y se vino abajo.

No volví a hablar con Alimaña y no volví a querer ir a la oficina en la que me lo encontraba si iba. No volví a saber nada de Daniel ni de Esteban, y dediqué todos mis esfuerzos a intentar hacer que Jaime me perdonara. 

Un día a mitad de la semana entre nochebuena y nochevieja me presenté en su casa de imprevisto. Aunque no sabía cual era su piso y le llamé por teléfono desde la calle. En un momento un vecino abrió el portal y miré el piso en el buzón. Me dijo que estaba de farol y que no me había atrevido a ir a su casa, así que llamé al telefonillo pero no me abrió. Ahora ya sabía que estaba allí de verdad y nos pasamos una hora hablando por teléfono. Me metí en el portal cuando abrió otro vecino y me senté en las escaleras enfrente de su casa. Después de un buen rato y teniendo en cuenta que sus vecinos debían de estar flipando, me dejó entrar. Me dijo que había quedado con Alimaña y que habían discutido. Estaba cansado de todo. Estaba pensando en dejar todo. El rap y todo lo que conllevaba. La falsedad e intentar olvidar todo lo que había descubierto. 

Me dijo que nunca estaría conmigo. Que ya no podía. Que después de saber que había estado con Alimaña, que el día de su cumpleaños me había ido con él y mil cosas más que yo misma le había contado (aunque no le había dicho lo de Esteban), que no podía estar conmigo, no de la manera que ambos habíamos pensado aquel puente de diciembre. Pero aún así follamos. Dos veces. Aquello ero lo máximo que él me ofrecía y yo lo cogía como si fuera lo más preciado, porque sabía lo que era la perfección. Porque sabía lo que había habido entre nosotros y porque tenía la esperanza de poder volver a sentirme como sólo él me había hecho sentir en toda mi vida, como una princesa de cuento.

Ni siquiera aquello fue posible. En nochevieja se me ocurrió mandarle un mensaje para felicitarle el año sin darme cuenta que con él estarían probablemente Daniel y Esteban. Y que Esteban era ese chico que Alimaña me había dicho que no mantendría la boca cerrada al contar algo que hubiera pasado entre nosotros aún cuando no hubiera pasado. Y entonces Jaime pensó que incluso lo de Yago había sido aunque no fue y que yo no era más que una zorra a la que no le merecía la pena ni follársela. 

Y luego vendría Jose. 

Y ya sabéis, Karma is a bitch.







viernes, 13 de diciembre de 2013

Originales, copias y subirnos a trenes por los peores motivos posibles.

Acabo de ver un anuncio de la final de Top Chef y me he preguntado a mi misma cómo es posible que con lo que me gusta la cocina y con lo que me gustaba Master Chef, que no me perdí ni un sólo programa, no haya visto ni uno sólo de los de Top Chef. Y me he contestado a mi misma que la razón es porque no me gustan las copias. No me suelen enganchar los programas que intentar imitar una fórmula original y aunque Top Chef sea probablemente "más original" y saliera en otros países antes, para mi el primero ha sido Master Chef.

Pero bueno que me lío, que todo esto viene porque en el momento en que me he dado a mi misma la respuesta de que no me gustan las copias y blablabla me he dado cuenta de que en mi vida personal no ha sido así.

A estas alturas ya sabéis que conocí a Jose porque era uno de los mejores amigos del chico perfecto, aquel con la cara de haber roto todos los platos y la historia completa de cómo conocí a ese chico, esa que es un poco vergonzante, vendrá en breve. El caso es que a pesar de que la historia con aquel chico estaba acabada y era imposible de retomar, yo no perdí la esperanza de que me diera la oportunidad de demostrarle que yo no era la chica que él pensaba que era, de demostrarle que yo era la que había pasado aquellos días con él y no la zorra sin corazón. Y entonces tomé again una de las peores decisiones de mi vida: intentar llegar a ese chico perfecto a través de Jose. 

Esa fue mi plena intención cuando quedé la primera vez con él. Intentar que viera que realmente era una buena chica y que estaba muy pillada por su amigo y se lo hiciera ver... claro que en mis planes no contaba con que Jose también tenía sus motivos para acercarse a mi y dejarme entrar en su vida y que el que saldría ganando sería él. En definitiva si me acerqué a Jose fue sólo porque interés, mi plan no era otro que "utilizarle" de alguna manera para conseguir recuperar a la otra jota de este trío de jotas malavenidos.

Y, ¿qué motivos podría tener Jose para acercarse a mi entonces? Pues veréis Jose y su colega a pesar de ser muy muy amigos eran las personas más diferentes del mundo (aunque Jose le admiraba y le envidiaba en muchas cosas y cuando les conocí flipé con el parecido, pero eso lo cuento más tarde). Les unía una relación profesional muy grande y a Jose le fascinaba la cantidad de talento que derrochaba (vamos a ponerle un nombre ¿no?) Jaime hasta el punto de que le había producido y mezclado sin cobrarle en muchas ocasiones. Pero cuando conocí a Jose estaba en un punto en que estaba empezando a plantearse que, si realmente era tan bueno en su trabajo y recibía elogios de todo el mundo, el hecho de que disfrutara con su trabajo no quería decir que tuviera que seguir sin cobrar a la gente. Se sentía usado por la mayoría de la gente de su entorno y estaba convencido de que si dejara de hacer trabajos gratis entonces la gente empezaría a mostrarse realmente y se daría cuenta de la cantidad de gente que estaba en su vida sólo por interés. Y la verdad que a él había mucha gente que le sobraba en su vida pero no se atrevía a cortar la relación. Y una de estas personas era Jaime. Y lo era por varias razones, no sólo por el hecho de que Jose pensara que se estaban aprovechando de él y que sólo era la gallina de los huevos de oro. Últimamente había descubierto algunas cosas que no le habían gustado nada de su "hermano" y eso sumado a que el círculo cercano de Jaime no tenía nada que ver con Jose y le producía bastante asco todo aquel ambiente, y sumado también a los hábitos y costumbres de Jaime que no compartía, hicieron que cuando yo aparecí en acción, al saber el desagrado que le causaba yo a Jaime, viera en mi la oportunidad perfecta y la mejor excusa para poder separarse sin que le acusaran de nada.

Y le funcionó. En el momento en que empezamos y Jose empezó a tener sus paranoias y a plantearse que no podía seguir siendo amigo de Jaime y tener una relación conmigo, llamo a Jaime y se lo dijo. Le pidió perdón y le dijo que no podía soportar seguir siendo amigo de una persona que sabía que había estado con su novia. Y Jaime le comprendió perfectamente. Le dijo que le entendía y que no se preocupara que no pasaba nada, que yo era una zorra y que no duraríamos porque le jodería la vida blablabla... pero claro entonces las cosas duraron y Jaime se dio cuenta de que realmente había perdido a Jose y que no volvería a ser ni su productor ni su nada. Y entonces empezaron los piques en canciones, el rencor y el odio y su hermano del alma ya no era su hermano del alma sino un traidor que le había dejado tirado por un coño. 

Pero no amigo, no. Si Jose hubiera roto la relación con Jaime por mi, pero con dolor por dejar de tener en su vida alguien importante para él, cuando lo dejamos, hubiera intentado alguna vía de reconciliación. Pero en cambio decidió escribir la que creo que es una de las canciones más directas y con más odio hacia Jaime (y si amigo, si, ya no estaba conmigo cuando la escribió ni cuando la sacó) pero después de tanto años de odio, aquella canción fue la manera de sacar todo fuera.

Si hubo más motivos para que Jose empezara conmigo o para que continuara la relación, no los conozco a ciencia cierta... sé que me quiso (a su manera claro, esa manera especial que tiene él de querer) y que el odio hacia Jaime pasó a un segundo plano aunque nunca nos abandonó.

Pero ¿por qué empecé yo una relación con Jose? Quiero decir, yo estaba muy pillada por Jaime y mi intención era intentar recuperar algo imposible, pero en el momento en que quedé con Jose el primer día me di cuenta de ello y lo supe. Supe que sería imposible recuperar nada de nada con Jaime. Y allí estaba Jose y su efecto camaleón. Después de dejarlo con Jose, él empezó a tener mucho contacto con una persona asturiana que se pasaba el día diciendo "tú" y una semana después de dejarlo, en una conversación por teléfono con Jose, se pasó media conversación diciendo "tú". Porque ese era Jose. Una persona super influenciable en ese tipo de cosas. Y cuando yo le conocí, Jaime era todo su mundo, un chico guapo, con personalidad y con muchísima seguridad en sí mismo (algo que Jose no ha sabido en toda su vida lo que significa) y la cantidad de tiempo que pasaban juntos hizo que cuando yo estuve con Jose aquel primer día, me pareciera estar sentada junto a Jaime si cerraba los ojos e incluso si los abría, a pesar de la diferencia fisica, podía ver todos sus gestos en el cuerpo de Jose y en su cara. Era como una versión de Jaime y supongo que una vez confirmado el hecho de que nunca recuperaría a Jaime en mi vida, Jose era en ese momento lo mejor que podía tener.

Así que no. Hubo un momento en el que decidí conformarme con la vulgar copia (además falsa falsa, porque en el momento en que Jose dejó de tener contacto con Jaime, dejó de tener ese parecido en la voz, en los gestos y en todo) así que no puedo afirmar que sólo me gusta lo original.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Aceptando mi "no culpabilidad"

Tengo muchas cosas en la cabeza sobre las que hablar. La verdad que llevaba unos días con unas ideas en mente y de repente una serie de tweets han hecho que quiera hablar de muchas más. 

Hace algunas entradas comenté que no iba a hablar de una historia que había pasado en mi vida porque sólo era mierda y porque sería difícil hablar de ello sin dar nombres. Dejé bien claro que no era porque me avergonzara mi comportamiento en todo aquello; yo hace mucho tiempo que asumí todos los errores que cometí. Bueno pues he decidido que sí que voy a contarlo. Los nombres se pueden cambiar y la mierda no va a desaparecer sólo porque miremos hacia otro lado. Y yo necesito cortar el cordón que me une con todo aquello. Dejarlo ir. Una de las cosas que Jose marcó en mi personalidad a fuego es la obsesión, el darle vueltas a todo una y otra vez hasta que sólo tienes ganas de vomitar. Y a lo mejor contarlo hace que sea más fácil para mi dejarlo ir.

Pero a esa historia no le toca hoy. Quizá mañana. No sé, el puente es largo.

Cuando yo conocí a Jose, el estaba bien, "curado". Nos conocimos en marzo y a finales de dicembre él se había ido con su psicológo y otros pacientes a una especie de campamento del que volvió como nuevo, cambiado. Él tenía novia antes de aquello, una chica a la que también pegaba o maltrataba de alguna manera y por eso decidió  ponerse bien. El caso es que el campamento "funcionó" y volvió como nuevo, aunque su relación no duró mucho más pues la chica era incapaz de no tener miedo de él. Su historia no podría volver a ser porque había habido demasiadas conductas que la marcarían para siempre.

Por supuesto a las pocas semanas (o días, vete tú a saber) Jose ya estaba con otra chica. Poniendo a prueba su recuperación y demostrándole al mundo que había cambiado. Y con ella todo fue bien. Nada de gritos (no por parte de él por lo menos), nada de golpes, nada de celos, y nada de nada. Claro que teniendo en cuenta que los sentimientos de Jose por esta chica eran nulos, no era difícil entender que no le produjera nada.

Y entonces aparecí yo y empezamos a hablar y a escribirnos por las redes sociales. Supongo que eso desató los celos de ella y aquella relación hizo aguas en cuanto Jose y yo nos vimos la primera vez, a pesar de que entre nosotros no había pasado nada. Y en esa primera vez yo le conté todo lo que había pasado antes de conocerle y él decidió seguir adelante y conocerme y empezar una relación. De los motivos que él tuvo, así como de los míos propios,  hablaré en otra entrada porque es algo que ha traído algo de cola esta semana y se merece su propio espacio.

El caso es que él se conocía, sabía como era, sabía la clase de relaciones que había tenido hasta el momento y aún así se creyó Dios, se creyó capaz de no recaer, de superar todas las barreras y realmente seguir siendo "la persona que esos tres días de campamento habían hecho de él". 
Y yo también las sabía eh! Él me lo contó todo. Pero la persona que tenía delante era tan diferente a la que él describía que no era capaz de pensar que fuera la misma o que pudiera volver a ser igual. Yo también tenía fe en él pero no le conocía, así que sólo podía confiar en que si él decía que nunca volvería a ser aquello, es que nunca volvería.

Y entonces me paro y pienso, ¿fue culpa mía? él estaba curado ¿no? Había hecho un gran trabajo durante tres días en el campo que le habían cambiado la vida y su perspectiva, así que si Jose volvió a ser aquello, fue culpa mía. ¿Culpa de lo que yo había hecho antes de conocerle, culpa de mi comportamiento?

Luv dice que no hay culpables. Y hasta el fin de semana que pasé con ella no me di cuenta de que, no sé si hay culpables o no, pero lo que si tengo claro es que yo no lo fui.

Jose fue la primera persona a la que le conté la historia sin mentiras, sin censuras, entera. Y él decidió estar conmigo a pesar de conocerla. Y él decidió usar todo aquello como excusa para maltratarme cada día. Decidió guardar cada detalle en su cerebro, alimentarlos, darles vida y dejar que dominaran su vida y nuestra relación. No luchó. No intento combatir todo aquello que le perseguía por las noches. Ponía excusas sobre los culpables de que su cabeza estuviera tan mal y excusas para dejar de ir al psicólogo o no tomarse la medicación que le mandaban. Si de noche tenía pesadillas en las que me imaginaba haciendo mil y una cosas que le dañaban, no luchaba cuando se despertaba para sacarlo de su cabeza y repetirse que todo había sido un sueño, que yo no había hecho nada. Y creedme que es muy duro recibir golpes, gritos e insultos por las cosas que has hecho mal, pero lo es mucho más recibirlos por algo que no has hecho y que ni siquiera sabes que ha pasado. Porque tú sólo vas a despertarle como cada día, tú no has estado en sus sueños, no sabes las barbaridades con las que tu "yo onírico" ha decidido torturarle. Y él simplemente se rendía y dejaba que todo aquello entrara en él.

¿Qué pasó entonces en la segunda etapa? ¿Esa en la que Jose decidió luchar un poco más, ir al psicólogo y dejar por lo menos de maltratarme físicamente? Pues que, aunque tenía las pautas para controlar su ira física, él decidió seguir pensando igual respecto a muchas cosas. Ya lo dije en otra entrada "Porque él podía ser TODO lo que quisiera ser, pero aún así decidió que había cosas que no quería dejar de ser". Y seguir con sus máximas de que si enseñas piel es que eres una guarra, si demuestras afecto a los tíos que no son tu pareja es que te los quieres follar, si tienes novio y piensas que otro chico es guapo, le estás siendo infiel, etc, etc, etc.

Pero entonces, y volviendo a todo el tema de la "culpabilidad", ¿qué hubiera pasado si yo no hubiera sido aquella "yo" los seis meses antes de conocer a Jose? Es decir ¿si no hubiera vivido aquella historia y no me hubiera comportado como una zorra por una sóla vez en mi vida durante 3 meses? Hubiera dado exactamente lo mismo. Hubo un día en medio de una pelea en que llorando le dije a Jose que sólo me había acostado con 9 tíos en mi vida. Que él era el noveno. Y se quedó a cuadros. Para su "yo" celoso, posesivo y enfermo, yo era una zorra que se tiraba a todo lo que se movía. Entonces, ¿cómo era posible que sólo hubiera estado con 8 chicos antes que él? Joder porque ya te dije que mi comportamiento de aquellos 3 meses no definía quien era yo!! Que se me fue la cabeza, que quise jugar a ser adulta confundiendo lo que significaba ser adulto...
Pero aunque todo aquello no hubiera ocurrido, aunque hubiera conocido a Jose por otros motivos siendo la chica normal, sociable y responsable que había sido durante 25 años, su cerebro hubiera encontrado la excusa para sacar todos sus traumas y problemas que le hacían ser aquel ser enfermo.

Y de todo esto me di realmente cuenta gracias a pasar dos días con la persona más amorosa del mundo (en serio no sabéis lo que os perdéis de no conocer a Luv). Porque todo sigue igual. Porque hay cosas que para que cambien tienes que poner todo tu "yo" y no esperar a que venga un hada mágica que las cambie. Porque cuando estás enfermo, primero tienes que reconocer que estás enfermo, porque cuando estás siendo alguien que no te gusta y que no quieres ser, tienes que abrir los ojos, darte cuenta y decidir que no quieres seguir siendo eso. Porque no valen excusas. Porque todos podemos. Porque nadie es más que nadie. Porque todos somos libres de ser quienes queramos. Porque no somos propiedades de otros ni dioses con derecho a juzgar ni castigar a los otros. Porque hay que ser valientes y luchar y no conformarnos con decir "yo es que soy así" como excusa para hacer infelices a los que nos rodean. Y porque si consiguiéramos demostrar y sentir un poco más de respeto por la gente que nos rodea, aceptar que el que sean o piensen diferente a nosotros no es una barrera, entonces nos daríamos cuenta de que sí que necesitamos a la gente a nuestro alrededor, sobre todo a esa gente que nos quiere bien y que sólo se preocupan de que vivamos en paz. 

lunes, 25 de noviembre de 2013

Y la mente ya no pudo más y decidió separase de la razón

He vuelto. Y lo hago después de pasar un finde lleno de amor, increíble con mi pequeña florecilla y la persona más amorosa del mundo mundial. Alguien de quien creo que todos deberíamos aprender mucho pues tiene tanto amor para todo el mundo que es imposible no quererla a morir. Y cuando digo que tiene amor para todo el mundo lo digo en el mejor sentido de la frase, una persona capaz de dar amor en su manera justa y oportuna dependiendo de la persona, el momento y el lugar.  Como no he hablado con ella el tema de nombrarla en este blog voy a seguir con mi costumbre de no nombrar innecesariamente a nadie y vamos a llamarla Luv. 

Conocía a Luv, una de las personas más importantes en la vida de Jose, por él y aunque de manera limitada pude participar de esa relación. El caso es que después de todo lo  que pasó, tengo la suerte de poder seguir contando con Luv en mi vida y la verdad que espero que siga siendo así por mucho tiempo porque este finde me he dado cuenta de que me hace mucha falta y me ha despejado muchísimo más la mente... una ayuda más en este camino tan largo de plena y total recuperación. Y gracias a este finde he decidido cual va a ser el tema a tratar y sobre el que tenía mis dudas en la última entrada.

Dudas sobre si hablar sobre cómo reacciona mi cuerpo y mi mente ante Jose hoy en día o contar un episodio de locura, de ruptura de la mente. Pues como gracias a este finde creo que sería perfectamente capaz de ver cualquier programa o serie doblado por Jose sin que se me retuerzan las tripas... empezamos.

Creo que en algún momento he contado la cantidad de recursos que tenía Jose para chantajearme o maltratarme psicológicamente (subirse a la barandilla de mi onceavo piso, quemarse con cigarrillos, cortarse con cuchillos, empezar a recoger sus cosas y decirme que me abandonaba o decirme que se iba a follar a su ex, entre otras). El caso es que Jose era perfectamente consciente del daño y de como me afectaban a mi todas y cada una de las cosas y por eso lo hacía. Bueno pues después del fin de semana que voy a contar, hubo un par de ellas que las quitó de su comportamiento, consciente de que yo sufría con ellas, tanto como él sufrió con mi respuesta mental.

Volvíamos a Madrid un domingo de la casa de verano de su hermana en Ávila. Llegamos a Madrid como a la 1 de la mañana más o menos y llegamos discutiendo. Él había empezado el viaje enfadado pues no había podido volver conduciendo puesto que no tenía el carnet y en los pueblos vecinos al de su hermana estaban de fiestas de verano y era bastante posible que nos encontráramos un control. Además durante el viaje había hecho alguna de sus preguntas incómodas que había traído como consecuencia una amenaza de que se iba a follar a su ex y que en cuanto llegara a casa recogería sus cosas y me mandaría a la mierda. Nada más llegar se puso a recoger sus cosas mientras yo le perseguía por la casa intentando que me escuchara puesto que había habido un malentendido y yo no quería decir lo que él había entendido. Era lo único que repetía mientras lloraba y le perseguía por la casa "No he querido decir eso". Pero no me hacía caso y seguía metiendo sus cosas en el montacargas. No recuerdo mucho los detalles porque la verdad que perdí completamente la razón. Sé que llevaba puesto el bañador y encima un chaquetilla que no me tapaba mucho y que me puse a andar sin rumbo mientras repetía una y otra vez "no he querido decir eso". Cogí uno de los otros ascensores, bajé a la calle y me puse a caminar sin rumbo fijo mientras me repetía una y otra vez lo mismo llorando como una desconsolada porque no me estaba haciendo caso. No sé a qué altura ni cuanto tiempo después Jose me alcanzó en la calle. Me abrazó llorando, me llevó a casa, me metió en la cama y me prometió que nunca más volvería a chantajearme psicológicamente. Se había asustado muchísimo. Mientras metía sus cosas en el montacargas, oyó como se cerraba uno de los ascensores y empezó a llamarme. Entró en casa pero yo no contestaba así que rápidamente se dio cuenta de que me había ido en un estado y unas condiciones no muy buenas para que una chica anduviera a las tantas de la mañana por Vallecas sola. Sacó lo más rápido posible todo lo que ya tenía metido en el montacargas y bajó a buscarme, preguntando a las pocas personas que había por la calle si me habían visto e intentando averiguar hacia dónde me había ido. Cuando me vió al final de una calle se puso a correr y a gritarme (eso es lo que me contó, aunque yo no recuerdo absolutamente nada de donde estaba ni de que me llamara, solo recuerdo estar en mi cama con él abrazándome, pidiéndome que por favor no volviera a hacer algo así nunca más y prometiéndome que intentaría recordar cómo se había sentido pensando en que me podía haber pasado cualquier cosa y que probablemente yo me sentía igual cuando le veía subirse a la barandilla). Cuando me alcanzó, me abrazó, me dijo que me creía, que creía que no había querido decir lo que él había entendido y me llevó a casa, aunque yo seguía sin parar de repetir lo mismo. 

Mis recuerdos en esta historia me vienen dados por él, porque yo sólo tengo pequeños flashes de lo que pasaba a mi alrededor pero no soy capaz de juntarlos para crear una historia coherente de lo que sucedió. Pero lo que sí que recuerdo es que yo no estaba utilizando aquello como moneda de cambio para que él no se fuera, no fue mi manera de chantajearle emocionalmente. Ese día mi mente ya no pudo más y se evadió del dolor de la única manera que pudo. Y supongo que todos eso miedos que él tenía de que me pasara algo, eso era precisamente lo que mi mente buscaba que sucediera. Algo malo, algo tan malo que consiguiera acabar con todo aquello que estaba jodiéndome tanto física como mentalmente.


P.D. Muchisisisimas gracias Luv por todo. Por ser como eres, por tener tanto amor y por darme una parte de él. Por hacerme sentir especial por poder seguir teniéndote en mi vida. Todo el mundo debería tener y desear tener una Luv en su vida y yo tengo a la mejor. 


domingo, 6 de octubre de 2013

Secuelas

A veces me cuesta pensar en todo por lo que he pasado. Y no me refiero por dolor a recordar sino porque me cuesta darme cuenta de las cosas a las que estuve expuesta.

Antes de conocer a Jose yo era una persona muy alegre, muy sociable y  muy cariñosa. Muy extrovertida y capaz de coger confianza con una persona muy rápido. Y siempre trataba a mis amigos como a mis amigas. 

El día de nuestra segunda cita empezó en el estudio que Jose tenía por aquel entonces con dos amigos para grabar el programa de radio que él y uno de sus "socios" hacían. Fue una tarde divertida y muy muy larga y además acabamos los tres en un concierto que daban en los estudios de madrugada. A esas alturas yo ya había cogido suficiente confianza con su amigo como para bailar juntos y demás tonterías que haces cuando sales de fiesta. El caso es que Jose vino a preguntarme si me gustaba su amigo pensando que mi simpatía era producto de la atracción y yo le dejé claro que no, que ya le había explicado como era mi forma de ser y se quedó tranquilo. Lo entendió perfectamente, aunque con la duda de que tampoco quisiera nada con él pues mi comportamiento no era aclarativo. Al día siguiente todas las dudas se despejaron y empezamos juntos.

No puedo decir exactamente cómo pasó. Sé que si empezábamos una conversación importante sobre algo que a Jose le "molestara", exponía sus razones de tal manera que era capaz de hacer que vieras su punto de vista con total claridad y hasta pudieras llegar a compartirlo.

Quiero decir, nunca le había dado importancia al cuerpo, a mi cuerpo o al de cualquiera. No me escandalizaba la piel y en mis redes sociales podías encontrar fotos en bikini o incluso ligeras de ropa producto de las sesiones fotográficas que habíamos hecho para los trabajos de una de mis princesas. Todo eso fue lo primero en desaparecer de las redes sociales y hoy en día puedo decir que a veces mi mente se escapa a criticar o escandalizarse brevemente cuando ve algo de publicidad sexual o desnudez no justificada. Luego recapacito, pienso y me doy cuenta de que no, pero ese primer instinto sigue ahí.

Creo que lo siguiente en llegar fue dejar de saludar con dos besos a los chicos con los que me encontraba o nos encontrábamos. Mi actitud podía hacer que la gente se confundiera expresando tanto cariño y eso no estaba bien, además de que es una falta de respeto hacia tu pareja flirtear (aunque creo que a mi me lo enseñaron como educación). Esta parte me costó muchísimo recuperar una vez que todo se acabó, aunque creo que hoy en día estoy al 95% en comparación a lo extrovertida y cariñosa que era con la gente.

Pero sin duda una de las cosas que más me costó dejar de hacer fue perder la tranquilidad. Recuerdo que unas semanas después de dejarlo con Jose fuí al cine con un amigo. Fuimos a un centro comercial y a ver La Voz Dormida. En cuanto entramos en el centro comercial mi amigo se dio cuenta de que algo no iba bien puesto que a pesar de que él iba a mi lado, yo no paraba de mirar al suelo. No cruzaba la mirada con nadie excepto con él y en pocas ocasiones. Jose no estaba allí para fijarse si yo miraba a alguien o si alguien me devolvía alguna mirada pero yo ya actuaba por costumbre. No era miedo actual, era pura costumbre que el miedo había instalado en mi. Ver la película, así como las películas o programas o series que vendrían después era un suplicio. A pesar de que sabía que cada vez que apareciera un chico guapo en la pantalla nadie iba a instigarme, no podía relajarme y disfrutar de la película o la televisión.

Antes de conocer a Jose, siempre que le hablaba a la persona con la que estaba de mis amigas, les decía que cuando las conocieran iban a flipar porque mis princesas están muy buenas. Cuando Angel las conoció, yo misma le pregunté qué le habían parecido y para nada me molestó que dijera que estaban buenas. Cuando Jose las conoció me dijo que no le gustaban y poco a poco me fue introduciendo en su forma de pensar. Cuando estás con alguien, sólo el hecho de que pienses que otra persona es guapa, es ser infiel, además de una falta de respeto muy grande por tu pareja. Por eso Jose nunca decía nada de nadie, nunca decía piropos de otras chicas ni hacía comentarios ni le pillabas mirando a nadie y por ende yo debía hacer y comportarme de la misma manera. El caso es que cuando el primer chico con el que estuve después de Jose se refirió a un amigo suyo diciéndole que una de mis princesas estaba muy buena, me desgarró el alma. Y me jodía sentirme así porque joder! si hasta yo pensaba que la pequeña florecilla es un bombón no quería que me molestara que él lo pensara. Hoy en día creo que depende de la situación pero sí que sé que soy mas propensa a sentir celos de lo que he sido nunca. No salen fácilmente pero están ahí.

Por lo demás, creo que mi mente es ahora más fuerte aunque también mas obsesiva. De hecho creo que es la mayor secuela que me queda de todo aquello... la capacidad que tengo  para obsesionarme con casi todo.Creo que no tengo problemas de confianza y sigo siendo capaz de abrirme ante la gente. Y en cuanto a los chicos..., pues de momento no he he tenido la oportunidad de ponerme a prueba en situaciones de discusiones o tensas, así que no sé como reaccionará mi mente, pero lo que sí sé es que ya no hay miedo dentro de mi. Supongo que tendré siempre algo dentro alerta, atento a las señales, dispuesto a reconocer los patrones si tengo la mala suerte de volver a encontrarme con alguien así en la vida. Por eso para mi es tan importante no olvidar...

Y Ahora qué?

En nuestra segunda cita, Jose me contó que había pegado a su ex novias. Me contó situaciones y cosas que había hecho, que había ido al psicólogo para intentar "curarse" y lo había conseguido. Aquella experiencia le había cambiado la vida y ya no era la misma persona. Y yo le tenía enfrente y no era capaz de creer que la persona que él me estaba describiendo fuera él... era incapaz de imaginarle haciendo cualquiera de las cosas que describía y se lo dije. Incluso le dije que daría lo que fuera por poder mirar por un agujerito y verle en una de esas situaciones porque me era imposible creer lo que me decía. A veces hay que tener cuidado con lo que deseamos ¿eh? Porque yo acabé con un asiento en primera fila para comprobar cómo era ese Jose que yo no era capaz de creer que existiera. Cuando escribí la entrada de los salvamos o a los leones hice una especie de crítica sobre la gente que participaba en nuestro día a día pero no me paré a pensar en esa segunda cita, cuando yo no creí que él fuera capaz de pegar a alguien. No me paré a pensar en cuál fue mi reacción ante lo que Jose me estaba contado que había sido la tónica de su vida con respecto a las chicas. Porque ese era el superpoder de Jose, te atrapaba cuando te hablaba, capaz de hacerte pensar como él. Es difícil de explicar pero siempre he dicho que Jose era una persona muy inteligente y daba gusto hablar con él de cualquier tema y nadie, nadie que le conozca sólo como amigo o como profesional, podría pensar que detrás de toda esa inteligencia hay muchos traumas luchando por abrirse paso y hacer caer al ídolo.

Esto que vais a leer ahora es la letra de una canción de Jose. Cuando la escuché hace poco tuve una enorme sensación de dejá vu. Y no sería nada raro si no fuera porque Jose no me escribió esta canción a mí sino que la escribió mucho antes de siquiera conocernos. (Tenéis el video de la canción al final)

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...

Mi delito es amarte, mi mal no poseerte, mi sueño fue tenerte, chica, no puedo olvidarte. Parece ser que la monotonía venció, las grandes mentiras son dichas en un silencio. Tras cada frase de tu boca puse un punto, vamos mal separados y peor si estamos juntos. En la oscuridad te busco entre las sábanas, no pido nada más para avanzar en este mundo. Me hiciste olvidar lo solo que estaba, la playa sin mar es un desierto experto en cosas que acaban. No hago más que nombrarte para ver si apareces, pero como dios no me haces caso y to' se desvanece. "Te lo mereces" dicen, nadie más va a caber en mi corazón lleno de cicatrices, sigo sin saber cómo seguir, cómo luchar contra esta mierda, no puse fichas en el tablero, así es normal que pierda.

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...

Busco tus huellas pero ellas no quieren que las busque. Mi dolor fue tan grande que mil veces me ofuscó y que salgan los que, tuvieron paciencia en los enfados, "es cosa de dos", dice el cobarde y se aparta hacia un lado. No me creo na' de las historias con un buen final, tal vez ayer fallé por eso acabó mal. Respóndeme gyal, ¿qué puedo hacer pa´redimirme? Realmente lo siento así que sé que debo irme. Todo se acabó y yo no voy a reconocerlo, ni todas unas putas eh, ni todos unos cerdos, pa' que recuerdos. Aún así debo pedir perdón no supe mantener la llama de aquel fuego eterno. Lluvias y llantos, listas y tontos, sueños de espanto, despierto "empapao" en sudor y sigo preguntando ¿cuánto tiempo costará borrar mi pena? Tu corta la relación que yo me cortaré las venas.

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...






viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Qué es lo que cambió en 3 años?

Con 22 años y trabajando en el gimnasio, me pillé muchísimo por un cliente, un tío de 34 años que me tenía loca. Pero a pesar de que a él le interesaban más las chicas de mi edad que las de la suya, nunca tuvimos nada precisamente por su explicación de porque estaba más interesado en las chicas jóvenes. Él no quería nada serio, estaba divorciado y le apetecía vivir un poco, nada de relaciones serias ni de atarse, polvos de una noche y nada más. Y a mi me gustaba demasiado como para aceptar poder tener de él únicamente un polvo de una noche. Así que simplemente fuimos amigos, muy buenos amigos pero ya está. El caso es que mi "yo" de los 22, era una chica que prefería no tener a una persona, antes que tenerla de una manera que no era la que quería. No me bastaba tenerle si no iba a poder ser como yo deseaba.

Pero entonces a los 25, cuando conocí al chico perfecto y después de todo aquello que pasó y de que me dijera que no quería volver a verme, la historia fue un poquito diferente. 

Una tarde después de trabajar y después de insistirle mucho para que habláramos o me perdonara, le "amenacé" con presentarme en su casa para hablar. Creyó que iba de farol pero me presenté allí y nos pasamos una hora al teléfono cada uno a un lado de la puerta de su casa hasta que decidió abrirme y dejarme entrar... Discutimos, hablamos y poco a poco se fue abriendo alguna vía de entendimiento. 
Al final acabamos follando. Él fue claro, eso era lo máximo que me ofrecía. A pesar de que hubiera podido ser mucho, después de todo lo que había pasado nunca podría tener una relación seria conmigo. NUNCA. Así que si me interesaba, me ofrecía follar de vez en cuando, siempre bajo sus reglas y siendo él el que moviera las fichas. Y yo acepté y encima bien contenta. Supongo que con la esperanza que tiene cualquiera en este tipo de situaciones, sabiendo que ha habido algo fuerte, de ser capaz que poco a poco un polvo de vez en cuando se convierta en algo más. Aunque al final ni siquiera eso hubo porque salieron más cosas a la luz, y aquello acabó por enterrar cualquier esperanza.

La cosa es que en ese punto yo ya no estaba bien. Todavía faltarían 3 meses para conocer a Jose. Pero mi comportamiento y mi cabeza no estaban bien. Y estaba dispuesta a aguantar mierda sólo por si acaso me acaban queriendo. Y en 3 meses mi estado mental empeoró hasta el punto de que cuando Jose llegó, la chica de 22 no existía y se agarró a un clavo ardiendo.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Fascinación por las mentes inquietas

El post de hoy puede herir sensibilidades y no porque vaya a contar una historia violenta o de maltrato sino todo lo contrario. Hoy no va a haber palabras de odio, dolor y rencor para Jose así que avisado quedas si quieres seguir leyendo.

Antes de conocer a Jose en persona empezamos a hablar a raíz de el último disco (no son discos exactamente pero es la manera más fácil de nombrarlos) que había sacado. Con sinceridad, ese trabajo lo escuché únicamente porque el chico perfecto, aquel con la cara de haber roto todos los platos, tenía un par de temas y porque Jose había sido el productor del último disco de él. Así que digamos que yo estaba en una etapa de intentar recuperar algo que yo misma había jodido y me escuchaba cualquier cosa que tuviera relación con él. 

Y así es como descubrí el disco de Jose y la verdad que me encantó. Además, es un gran cinéfilo y en el disco había una canción sobre cine que fue nuestra primera toma de contacto. El decía que en total había nombrado 37 películas y yo las encontré todas...Le mandé un mensaje con todos los títulos y empezamos a hablar. Él todavía no sabía quien era yo.

Un mes después de que empezáramos a hablar por diferentes redes sociales, Jose presentó su disco en un garito de Madrid y yo me fuí con una amiga. Sabía quien iba a estar allí también y yo no podía perder la oportunidad de volver a verle. Así que Vero y yo nos presentamos un día de diario con unos tacones de infarto en un garito en el que todas las tías iban en zapatillas... vamos que vernos, se nos veía bastante bien. Se nos veía tan bien que no pagamos una sóla copa en toda la noche...

Y mientras Jose y sus amigos presentaban sus discos en el escenario, yo hacía como que me interesara muchísimo mientras Vero no le quitaba los ojos de encima a la barra al chico perfecto para ver si me miraba... 

Ese día a Jose le contaron toda la historia sobre mí pero aún así el dijo que prefería conocerme y juzgar por sí mismo que clase de persona era, así que decidimos quedar en persona y conocernos.

Podía pasarme horas y horas hablando con él. De hecho creo que en nuestras primeras dos "citas" hablamos sin parar durante unas 15 horas. A él le encantaba mi forma de pensar, mi carácter (JAJAJA que chiste¿ eh? ese mismo carácter que luego se encargó de aplastar para que fuera lo más dócil y niña pequeña dependiente de él posible), pensaba que estaba a su altura a nivel de conversación. Y Jose es una persona muy inteligente. Creo que es de las personas más inteligentes que he conocido.

Porque una cosa es que como persona, como ser humano, sea un grandísimo hijo de puta, con grandísimos problemas de autoestima y su síndrome diagnosticado y todo, que eso no lo voy a negar, y otra cosa es que como artista, sea un puto genio en lo suyo. 

Un artista inquieto, con mucha cabeza para pensar, muy rápido de mente, una persona con la que se puede hablar de todo. Capaz de convertir cualquier cosa que pasa por su manos en un tema completamente distinto. 

Y supongo que esa es la razón por la que la gente de alrededor no veía o no quería ver su problema como persona, como ser humano. Para muchos era la gallina de los huevos de oro que ni si quiera cobraba por su trabajo, para otros un genio... no sé supongo que a veces nos es difícil ver los fallos de la gente que admiramos, por la que sentimos fascinación y que queremos. Y que haya gente, que incluso llegue a aceptar eso de un familiar o un ser querido. 

Pues para mí esa gente está igual de enferma que lo estaba yo. Quiero decir, cuando el hermano de Jose (su hermano, sangre de su sangre) se enteró de lo que había estado pasando, le dijo que si  yo fuera su hermana, ese día Jose hubiera ido del once "pa abajo". No le defendió, no miró para otro lado. Creo que esa debería ser la reacción natural del ser humano, esa debería ser la respuesta ante una situación así, ya sea tu hijo, o la persona más importante de tu vida, está enfermo.

En cuanto a mí yo sufría su problema pero tampoco lo veía. Porque le defendía todos y cada uno de los días. Porque soñaba con que cambiaría. Porque sabía que era lo suficientemente fuerte como para dejar de ser lo que era. Porque el podía ser TODO lo que quisiera ser, pero aún así decidió que había cosas que no quería dejar de ser...




lunes, 9 de septiembre de 2013

Parte 2 de aquel "Cuando la verdad salió a la luz"

El otro día pasé una tarde con mi madre de compras. Hablamos, me preguntó qué es lo que andaba por mi mente y cuando le contesté que había alguien del pasado rondándome por la cabeza, me preguntó si era Jose. Le dije algo así como "mamá por favor, la duda ofende", pero en realidad que dude de mí y se le pase por la cabeza esa posibilidad no es nada descabellado teniendo en cuenta la historia.

Vale, cuando conté cómo fue el día en que mi familia se enteró de todo lo que estaba pasando con Jose, quizá no expresé correctamente como me sentí ese día o los días posteriores. 

Para mi todo aquello fue un secuestro. Ese mismo día me llevaron al pueblo con toda mi familia, al día siguiente estaba en Madrid con mi hermana pegada a mis talones toooooodo el día. Cuando me dejó salir para ir a comprar tabaco, me metí en el bar, marqué su número y le dije que se creara la cuenta de messenger como si fuera Dani. Mi madre llegó de Galicia y me llevaron para allá tres semanas. No quería ir, no quería que me trataran como una niña pequeña que tiene que obedecer absolutamente todo lo que le dicen, pero no podía hacer absolutamente nada, y eso me frustró muchísimo. Aproveché mi estancia en Galicia para convencer a mi primor de que se viniera a Madrid a vivir conmigo y así poder quitarme a mi madre de encima y volver a recuperar un poco de normalidad y vida adulta. Volvimos a Madrid un sábado y el domingo estaba reuniéndome con Jose en su barrio.

Le dije a mi madre que había quedado con Dani, que no tardaría mucho, y mi madre confió en mí. Supongo que no se daban cuenta realmente de como me sentía y el hecho de que pensaran que yo iba a dejar a Jose antes de que mi tíos llegaran, era una buena venda para los ojos. Así que nos vimos, Jose se montó en mi coche, y yo vomité. El estrés que tuve que soportar durante meses mientras me reunía con mi exnovio maltratador a escondidas de toda mi familia empezó con aquel vómito. Pero los recuerdos que tengo de las sensaciones de aquel día, no dicen que vomitara por estar nerviosa, o por volver a ver a Jose después de lo que paso en mi casa. Era por si mi madre me descubría. Si alguien lo averiguaba, Jose podía meterse en problemas, y eso era lo que a mí me preocupaba.

Fueron unos meses muy duros. Jose no quería hablar del problema, de lo que había pasado y el tema de los tíos era completamente tabú. Es curioso como tenía dominado todo el tema de la violencia física pero sin embargo no era capaz de dejar de meterse en los chats gays. Y yo no podía dejar de desconfiar, pero estábamos yendo a terapia, sólo era cuestión de tiempo. No recuerdo cuanto tiempo estuvo Jose yendo al psiquiatra, pero si que le ayudó bastante. El problema es que cuando dejó de ir (no recuerdo ni por qué) todo volvió a torcerse y había que volver a vigilar el vestuario y demás. Yo no duré mucho en el psicólogo puesto que teniendo en cuenta que el primer día que me senté le conté toda la historia, le dije que seguía con mi novio y que no pensaba dejarle, no me ayudó mucho intentando buscar traumas infantiles a 65 euros los 45 minutos. Así que estuvimos unos meses haciendo cálculos, control de gastos, y empezamos a buscar sitios para irnos a vivir juntos. 

Y ese 1 de febrero es cuando mi familia entera se enteró de que yo había vuelto con él, de que no podían hacer nada por impedirlo, y de que esta vez no sabrían donde encontrarme. Nos mudábamos juntos. Esa fue una de las reglas de Jose, nadie de mi círculo (excepto el primor, que al ser de Galicia no le consideraba un miembro indeseable de mi familia) podía saber dónde estábamos viviendo, nadie de mi familia iba a pisar su casa. Es curioso como nos creíamos invencibles, y más fuertes que cualquiera y sin embargo a la semana o dos semanas de estar viviendo en el loft, un sitio donde nadie nos conocía y nadie sabía nuestra historia, me llamó el encargado del edificio diciéndome que nuestros vecinos estaban pensando en llamar a la policía para denunciar a mi novio por maltrato. Los gritos, los golpes sobre mesas o paredes hacían que la gente pensara que estaba pasando algo que no pasaba, pero que a la vez sí que pasaba.

Pero una vez más el mundo estaba equivocado y nosotros no, así que...

Así que habría que dejar que fuera el tiempo y los pequeños detalles, porque la vida está llena de pequeños detalles que la hacen grande, los que acabaran por dinamitar una relación que desde el primer momento fue tóxica y empezada por las peores razones posibles. Si existe el karma o lo que coño haya ahí fuera que pone las cosas en su lugar, yo sé que Jose fue un castigo por mi comportamiento, un castigo exagerado, teniendo en cuenta el mal que yo había hecho, pero que aquello se mantuviera durante casi dos años, no fue cosa del karma, fue cosa mía. 

Pero aquel error es una historia que no tiene cabida aquí. No por nada, no me avergüenza contar aquello (bueno un poco sip, aunque la gente que me conoce y sabe la historia no termina de creer que yo haya hecho cosas así) pero es una historia que para contarla hay que dar demasiados detalles de la vida de los protagonistas y hasta ahora he intentado no nombrar a mucha gente. Quiero decir toda la gente que rodea esta historia así como Jose, son "conocida" dentro de su mundo y nunca sabes quien va a acabar por leer esto (según las estadísticas, gente de Estados Unidos, Rusia, ni idea de cómo) Podría acabar en ojos de alguien que reconociera a las personas si cuento aquella historia y la mierda aquella ya se removió demasiado.

Aparte todo lo que he tenido que contar de aquella época, aquellos meses previos a conocer a Jose, está escrito y publicado, el resto sólo son los pequeños detalles que me llevaron a perder y a perderme.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Días en los que me convertiría en la musa de Q. Tarantino

Últimamente estoy contando muchos secretos. Y soy consciente de que la mayoría de ellos descubren que durante un tiempo, no estuve en mis mejores condiciones psicológicas (la verdad que no es que esté mucho menos loca ahora ¿no?) pero bueno tengo pensado crear una entrada contando las secuelas de todo aquello. Casi dos años después de que todo se acabara todavía puedo decir que me quedan algunas secuelas, pero para eso estamos aquí, para intentar liberar la mente y el espíritu. Y la conciencia un poco también.

Hace unos dos meses le mandé un whatsapp a Jose. Nos tenemos mutuamente bloqueados pero ese día me entró una sensación rara, como de que las cosas no estaban yendo bien y le pedí que habláramos. Cuando le dejé, Jose no quiso darme la oportunidad de hablar, de descargar todo lo que llevaba dentro a pesar de que creo que hubiera sido una terapia cojonuda para ambos puesto que aunque él tenía controlado todo el tema de descargar su ira físicamente, todavía tenía problemas de inseguridad y celos que hacían la relación imposible. Y yo tenía la necesidad urgente de decirle las cosas que estaban mal en su cerebro, esas cosas que él mismo aseguró que no creía que estuviera mal que las pensara por lo que nunca dejaría de pensar de ese modo. Total que hace dos meses volví a sentir esa necesidad. La necesidad de descargar, de que él supiera los verdaderos motivos de todo. De porque aguanté al principio, de las mentiras que había tenido que decirle cada vez que hacía preguntas incómodas, el verdadero motivo por el que me gustó al principio y empecé con él (lo que llamo el efecto camaleón..), como nunca dejé de pensar en el chico perfecto de las citas perfectas, que por cierto tiene mucho que ver con el efecto camaleón... Jose se volvió a negar a tener esa conversación y aquí estamos...

Y ahora pienso... nunca he sido una persona de venganzas, siempre he creído en la justicia y he intentado no ocasionar mal en la gente que me rodea. He fallado algunas veces pero por norma general no me van las venganzas ni el ojo por ojo. El caso es que si me plantara y le dijera a Jose todas las cosas que tenía dentro, cosas que están saliendo y saldrán en este blog, ¿le haría daño? ¿Quiero hacerle daño? La verdad que no lo sé. 

Entonces hay noches que pienso que si que quiero hacerle daño, que si el precio que él tiene que pagar porque yo me descargue y cuente lo que tengo dentro, es dolor, pues que lo pague. Otras noches pienso que yo no soy nadie para hacerle daño. En su momento tuve la oportunidad de denunciar y no lo hice. Fin de la historia.

De todas formas seguiré escribiendo. A pesar de que sé que hay gente que está leyendo este blog y que podría utilizarlo para hacer daño, quiero creer que son mejores que todo eso y que no lo utilizarán más allá de echarse unas risas con los amigos. 

Hay alguien especial en todo esto que dice en una canción algo así como "me duele lo que hice pero más lo que no he hecho". A mi me duele haber hecho y sido muchas cosas, me duele haber perdido oportunidades y tiempo, pero hay cosas que no he hecho y que no he dicho que me duelen mucho más... y ya que no podemos volver al pasado para intentar arreglarlas, vamos a intentar sacar lo mejor de lo que nos queda por delante ¿no? Aunque el reloj haga tic-tac cada vez más fuerte... o quizá sólo es que cada vez hay más silencio a nuestro alrededor y por eso lo oímos más fuerte. Una vez alguien me dijo que quería tener la vida perfecta a los 30. Quería su mujer y su hijo, y que si no conseguía encontrar a la chica perfecta, que entonces cogería a la primera tía que por lo menos estuviera buena y punto... A veces nos subimos a trenes que no nos corresponden sólo por miedo... es curioso porque a veces también perdemos el tren perfecto por la misma razón.

Mensaje especial para mi hermanita mayor: esto es mío pero también es tuyo, y de todas las personas que lo leen. Puedes comentar lo que quieras y dar tu opinión de lo que sea... todavía me quedan muchas cosas duras por escuchar o leer sobre lo que hice... y por eso están habilitados los comentarios anónimos! ;) 


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cuando el subconsciente te falla

Ayer hablé sobre una de las máximas de Jose. Tenía muchas, no os vayáis a creer, una persona con la cabeza tan hecha polvo, tiene muchas leyes propias para intentar mantener las cosas bajo control... su idea de relación perfecta.

El caso es que una de estas máxima era que si él era mi vida, antes de conocerle yo no tenía vida así que no tenía permitido hablar, pensar o recordar ninguno de los momentos que pertenecieran a mi "no vida". 

Here´s the problem, mi memoria. Tengo una buena memoria, demasiado buena en realidad y un subconsciente lleno de recuerdos y momentos pasados. Pero el miedo te enseña muchas cosas... o quizá es el dolor, que luego se convierte en miedo, pero el caso es que el miedo y el de dolor son muy buenos profesores. Y al final acabas aprendiendo a controlar hasta el puñetero subconsciente, ese que espera a que te relajes y estés en un buen momento, uno en el cual hasta te permites sonreír, para joderte y hacerte decir algo pasado. Pero hasta a ese acabas controlando.

Creo que soy capaz de decir cual fue la última vez en que por mi parte (porque mi vida no sólo la había vivido yo y encontrarnos con gente de mi vida como mi hermana o mis padres, era un suplicio porque alguien siempre sacaba algún tema del pasado) cometí el error de mencionar algo que a Jose le recordara que yo había tenido una vida antes que él.

Era verano y habíamos decidido pasar nuestras vacaciones en el Valle de Irati. Montaña por supuesto, nada de playa, ni piscinas ni ningún sitio en el que yo tenga que ponerme un bikini. Nos apetecía hacer rutas de senderismo por bosques con algún río que los atravesara. Nos quedamos en un precioso hotel rural que estaba justo al lado del bosque y de las rutas y un día caluroso, las hicimos.

Andamos mucho, era un camino medio abierto medio cerrado, por lo que había tramos con bastante sol sobre nosotros. Pero por mucho que subimos y bajamos, no encontramos ningún río así que decidimos volver; bueno en realidad fue Jose el que dijo "Hemos bajado mucho y hace demasiado calor, vamos a volver", a lo que yo contesté un único, "sí que hace mucha calor, sí"...

Yo iba delante de él, y de repente me pegó un patada y me caí. Me levanté temblando y pregunté qué pasaba, qué había pasado. Volvió a empujarme y a insultarme porque encima no sabía que es lo que había hecho, así que me lo dijo mientras iba empujandome y pegándome mientras subíamos.

Había dicho "mucha calor". "No lo entiendes?, eres una zorra que se fue a Sevilla a vivir por amor y debe ser que le querías y que no le has olvidado si todavía dices "mucha calor"porque el calor es masculino pero tú sigues hablando como si vivieras en Sevilla" y un ciento más de perlitas como esa. A estas alturas sabes que tienes que mentir, inventarte lo que sea pero tranquilizarle y pedir perdón. Hacer que se calme y que vea que gana, da igual lo que tengas que hacer, lo que te mande, tu comportamiento tiene que ser como el de una niña pequeña perdida, asustada y que haría cualquier cosa porque deje de empujarte, de darte patadas y se calme. Recordarle que a quien amas es a él, que tu ex es tu ex porque tú le dejaste... inventa, lo que haga falta.

Y a estas alturas sabía como acabaría, con sexo. Casi siempre acababa con sexo. Y el recuerdo que tengo del sexo que hubo ese día es sentirme muy sucia. Porque todavía me amenazaba mientras yo hacía que se corriera en medio de una puta senda del bosque. Era el precio que tenía que pagar para que se le pasara el cabreo de ese día "¿me quieres?, pues haz que me corra, necesito descargar".

Y al final acabas llorando sentada en una piedra en medio del camino; él ya está bien, ya te quiere de nuevo y como eres su bebé, su niña, tiene que consolarte y pedirte perdón. Pero ¿por qué lloraba yo? Pues lloraba por todo, era una especie de coctelera de emociones, con felicidad y alegría porque volvía a ser el chico casi perfecto, por el miedo que había pasado que todavía estaba presente, por el asco de sentirme usada... 

Después de ese día, por mi parte no hubo una sola alusión a nada que pudiera recordarle que había tenido una vida antes que él. Es más mi vecina de abajo a la que él tanto odiaba porque se metía en la relación y se quejaba mucho del ruido de su música, fue mi suegra durante cinco años, y él nunca lo llegó a saber... Eso hubiera sido mi perdición y lo sabía, así que cuando nos cruzábamos con mi excuñado, que siempre me saludaba, y Jose me lanzaba sus habituales perlitas sobre si me ponía cachonda el vecino, tenía que conseguir salir de aquellas situaciones sin decir "es mi excuñado y le conozco desde que nació, así que ni de coña".

Otro trabajo era conseguir que la poca gente de mi pasado con la que compartíamos momentos, no hablaran. Eso era imposible. Por suerte sólo hubo dos situaciones. Mi hermana y mi cuñada un fin de semana para comer (creo que mi hermana vio a Jose dos veces en toda su vida) y mis padres un fin de semana que vinieron a Madrid. La situación con mi hermana no fue del todo mal pues sólo recordamos momentos infantiles que aunque jodían a Jose, no le recordaban exnovios ni nada parecido, y el único momento crítico en el que mi hermana hizo referencia a mi primer novio, lo hizo por su nombre de pila y refiriéndole como colega de ella. Me sentía hasta feliz de haber salido aireada de aquella situación aunque no volvería a repetirse. Mi familia tendría que estar lo más alejada de Jose posible.

Pero si mis padres vienen a Madrid a pasar unos días, no puedo decirles que no quiero que se queden en SU casa, así que no hubo manera de evitar ese encuentro. Era la segunda vez que mi padre veía a Jose, (y la última) pero teniendo en cuenta que la primera vez fue el fin de semana que se había muerto mi abuelo, mi padre no había dedicado mucho tiempo a conocerle. Y entonces se produce una de las típicas situaciones en las que mi padre se pone a hablar de los orgulloso que está de su hija... blablabla... que si la carrera, que si Sevilla, que si el trabajo de ahora... Un padre orgulloso de su hija que está haciendo que el tío que tiene enfrente empiece a dar vueltas a su cabeza a toda la información una y otra vez hasta que no puede más y me dice que tiene que bajar al garaje que si le acompaño. Ahora viene más de lo mismo de siempre... insultos, descargar puñetazos contra todo... en un de los empujones caí de espaldas contra el suelo y se acojonó lo suficiente como para parar pero le duró bien poco así que empezó con el dolor psicológico, diciéndome que se iba a casa de su ex a follársela, que no le esperara para dormir y yo persiguiéndole por la calle intentando que diera la vuelta y me perdonara (¿perdonarme por que?). Me dió una tregua y volvió a casa, nos metimos en la cama y a solucionar los problemas descargando. Pero de repente todo se volvió a torcer... No es sencillo follar con una persona que no tiene mucha autoestima, y que encima tiene una cabeza a la que no se le escapa detalle y que es capaz de meter imágenes mías follando con otros mientras lo hacemos. Con la consiguiente cortada de rollo, además de mucha ira y cabreo, porque en esos momentos no diferenciaba mucho la realidad de una simple imagen en su cabeza o de un sueño.

Y aquí viene la peor parte, la pregunta. De repente le surge una duda, una duda de tipo sexual y pregunta. Y entonces estás perdida... Mi mente se queda en blanco y no sabe que responder, y entonces recibes la primera hostia en las piernas desnudas. Suplicas que deje el tema, pero su respuesta es otra hostia en las piernas. "Contesta a la pregunta, es una pregunta sencilla y si vuelves a intentar taparte las piernas con el edredón te daré más fuerte" Sigues suplicando, le dices que no quiere saber la respuesta, pero a estas alturas ya sabe la respuesta, es obvio, sólo quiere oírtelo decir. Pero no puedes, si confiesas estás más que perdida y en ese punto, después de subir un poco el tono y del sonido de las hostias sobre las piernas desnudas, lo único que te preocupa es que tu padre, que está durmiendo dos habitaciones más para allá, no se despierte. Te dices a ti misma que no llores, que no hagas ruido, intenta calmarle y que no siga dándote porque las hostias están haciendo ruido ¿y si tu padre lo escucha? Pero ¿qué pasará si dices que si? Si contestas a la pregunta y se descontrola, ¿entonces que? Pues cuando ya no puedes más aguantar el dolor y las lágrimas, entonces ya te da igual que se monte la tercera guerra mundial en tu casa, dices que sí y esperas la hostia final. 

Y, ¿qué es lo que obtienes?, pues un "¿ves bebé?, sólo quería que me dijeras la verdad" JA. Puede que a lo largo de los meses me hayas jodido tanto la cabeza que sigo aquí soportando todo esto porque sé (creo) que puedes cambiar y ser casi perfecto, pero ya he aprendido bastante como para saber que un "sí" de primeras sólo es la excusa para la primera hostia, y encima con rabia por haber sido tan descarada como para reconocerlo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Empezando a conocer a Jose

Más o menos 3 semanas después de que empezáramos a salir, llegaron las vacaciones de semana santa. Yo libraba jueves y viernes pero me tocaba trabajar el sábado hasta mediodía y a Jose le habían contratado para pinchar en un par de fiestas en Zaragoza así que él se iría el viernes por la mañana en autobús y yo en coche el sábado al mediodía.

Pasamos el jueves santo juntos y decidimos dormir en casa de sus padres puesto que desde allí nos quedaba más cerca la estación de autobuses. A la mañana siguiente, el despertador sonó y yo me desperté inmediatamente. Jose estaba haciéndose el remolón y no le apetecía levantarse así que decidí encender la luz para ponernos en marcha y así no perder el autobús. 

De repente se transformó en un monstruo. Se puso a gritar y salió de la cama disparado dándole patadas y puñetazos a todo. No paraba de gritar, de ir pasillo arriba pasillo abajo. Yo me quedé inmóvil, en la cama sin saber que hacer y muerta de miedo. Media hora después estaba más calmado y nos preparamos para salir corriendo porque llegaba tarde, muy tarde. 

Le dejé en la estación pasados unos minutos de la hora de salida, me besó, me dijo que me quería y salió corriendo. Yo ese día había quedado con mi prima para aprovechar para ir al pueblo a ver a mi abuela. Todavía no me había apartado de mi familia a esas alturas aunque en los próximos 8 meses no nos veríamos más que un par de veces más.

Mientras estábamos en casa del novio de mi prima esperando a que se duchara para llevarle a trabajar e irnos las dos juntas al pueblo, Jose me llamó por teléfono. Estaba histérico, no paraba de insultarme y de gritarme. Le dije a mi prima que les esperaba en la calle y bajé para que no escuchara los gritos.

Jose había perdido el autobús y había tenido que comprar un billete nuevo, y encima al ir a comprar el billete había dejado la gorra en la ventanilla y la había perdido. Me llamaba para echarme la culpa de todo y para decirme cuanto le había costado mi estupidez de despertarle.

Tuve que decirle a mi prima que se fuera ella a llevar a su novio al trabajo y que luego volviera a por mí, pero media hora después cuando volvió yo seguía pegada al teléfono así que le dije que no iba al pueblo, que necesitaba ir a la estación de autobuses a buscar la gorra de Jose. Me había quedado sin batería en uno de los teléfonos en mitad de la conversación y Jose me llamó al otro. Seguía echando espuma por la boca, montado en el autobús y con todo el mundo mirándole. No sé que es lo que quería de mí. Porque me seguía gritando e insultando. Quería que le tranquilizase, que le calmase, pero yo estaba muy lejos de él y sólo podía pedir perdón y llorar. Y aquello aumentaba más su ira. Cuando le dije que nos veíamos al día siguiente y que intentara tranquilizarse, que iba a ir a buscar la gorra, me dijo que cuando me viera, me mataría. Entonces el pánico se apoderó de mí y colgué el teléfono. 

Sin dejar de llorar conduje hasta la estación para buscar la gorra, pensando que era la única solución para que dejara de estar enfadado. Acababa de decirme que me iba a matar. Mi novio. No encontré la gorra y volví a casa para cargar el móvil y pensar en qué iba a hacer. Entonces me volvió a llamar. El autobusero había parado solamente por el escándalo que estaba montando en el autobús y había dicho por el micrófono que mejor parar para ver si calmaban los ánimos. Ese fue su primer "click" y me llamó pidiendo perdón. Que era una tontería que hubiera perdido el autobús y que la gorra sólo era una gorra. Que sentía mucho todo lo que había dicho y que nos veíamos al día siguiente. Que me quería mucho.

Y al día siguiente yo llegué a Zaragoza y todo fueron besos y caricias y miradas de adulación y mil cosas más. Las cosas se volverían a torcer, no recuerdo bien el por qué en el viaje de vuelta y cuando llegamos a casa, tuvimos la primera discusión fuerte, con sillas volando y gritos. Entonces yo me tiré al suelo y me puse a llorar, con una crisis de ansiedad y terror flipante, y ese fue su "click", verme llorando derrotada en el suelo y al segundo todo eran "bebé, no, por favor, lo siento, mi bebé, perdóname, tienes que intentar pararme, si tu te desmoronas estamos perdidos".

Este fue el punto en el que me planteé dejar de soportar aquello, pero fue el punto en el que pensé que estaba sóla, que si dejaba a Jose tendría que llamar a mis amigas a las que llevaba ya casi un mes sin llamar y ver, y que estarían enfadadas y no querrían saber nada de mí, que no iba a poder contarles lo que pasaba con Jose. Y fue el punto en que recordé sus palabras, las del chico perfecto, y pensé que no, que si yo le dejaba, yo era la zorra que el decía. Así que pensé que si no pasaba de aquello que tampoco sería tan malo, tan sólo tendría que aprender a tratar a Jose e intentar no despertar su rabia. 

Todavía no sabía que lo que yo hiciera iba a dar igual y que poco a poco su "clicks" empezarían a llegar más tarde: con más gritos, con un empujón, con la primera hostia, con el primer mordisco, cuando era yo la que cogía el cigarro para quemarme cuando él amenazaba con hacérselo, o cuando era yo la que cogía el cuchillo para cortarme cuando el amenazaba con cortase.

Poco a poco aprendes a mentir y a intentar evitar las situaciones más fáciles, las diarias. Dejas de vestirte enseñando piel, dejas de intentar llamar la atención de la gente, de usar tacones, maquillaje, de mirar a la gente a la cara para evitar que nadie te devuelva la mirada, de ir con él a sitios con mucha gente... cosas fáciles. Si ves una peli en la que sale un chico guapo y te preguntan si te gusta, la respuesta debe ser no, siempre no, independientemente de que el diga que estás mintiendo, de que insista, la respuesta es siempre no, "no cariño, no me parece guapo, no me mola, solo me gustas tú" contesta lo que quieras pero contesta, no se te ocurra callarte... y poco a poco aprendes a salir de esas situaciones... alguna se escapa y no la controlas y se arma, pero después de la primera y de afirmar inocentemente que Keanu Reeves sale muy guapo en Speed y de recibir insultos y golpes por decirlo, aprendes. Y te convences de que si estás con alguien, y piensas simplemente que otro chico es guapo, entonces estás siendo infiel... Y ya no sé si era por los golpes, por lo hecha polvo que estaba mi cabeza, o qué cojones, pero todas y cada una de las leyes y pensamientos y teorías retrógradas de Jose acabaron por lavarme la cabeza y acabar pensando así.

Así que primero desaparecieron del tuenti y del facebook todas las fotos inapropiadas, después amigos masculinos que no deberían estar ahí puesto que no se pueden tener amigos chicos, y finalmente se acaban cerrando las cuentas del facebook y del tuenti... porque total abiertas sólo provocaban problemas cuando el se metía en mis mensajes privados y descubría cosas de antes de conocerle que le enervaban. Porque eso era una máxima indispensable de la relación: Si yo soy tu vida, antes de conocerme no tenías vida, por lo que no se te ocurra recordar ni uno sólo de esos días y mucho menos hablarme de ellos. Y esa máxima sería causante de más de un problema. Y más de dos.