viernes, 20 de septiembre de 2013

¿Qué es lo que cambió en 3 años?

Con 22 años y trabajando en el gimnasio, me pillé muchísimo por un cliente, un tío de 34 años que me tenía loca. Pero a pesar de que a él le interesaban más las chicas de mi edad que las de la suya, nunca tuvimos nada precisamente por su explicación de porque estaba más interesado en las chicas jóvenes. Él no quería nada serio, estaba divorciado y le apetecía vivir un poco, nada de relaciones serias ni de atarse, polvos de una noche y nada más. Y a mi me gustaba demasiado como para aceptar poder tener de él únicamente un polvo de una noche. Así que simplemente fuimos amigos, muy buenos amigos pero ya está. El caso es que mi "yo" de los 22, era una chica que prefería no tener a una persona, antes que tenerla de una manera que no era la que quería. No me bastaba tenerle si no iba a poder ser como yo deseaba.

Pero entonces a los 25, cuando conocí al chico perfecto y después de todo aquello que pasó y de que me dijera que no quería volver a verme, la historia fue un poquito diferente. 

Una tarde después de trabajar y después de insistirle mucho para que habláramos o me perdonara, le "amenacé" con presentarme en su casa para hablar. Creyó que iba de farol pero me presenté allí y nos pasamos una hora al teléfono cada uno a un lado de la puerta de su casa hasta que decidió abrirme y dejarme entrar... Discutimos, hablamos y poco a poco se fue abriendo alguna vía de entendimiento. 
Al final acabamos follando. Él fue claro, eso era lo máximo que me ofrecía. A pesar de que hubiera podido ser mucho, después de todo lo que había pasado nunca podría tener una relación seria conmigo. NUNCA. Así que si me interesaba, me ofrecía follar de vez en cuando, siempre bajo sus reglas y siendo él el que moviera las fichas. Y yo acepté y encima bien contenta. Supongo que con la esperanza que tiene cualquiera en este tipo de situaciones, sabiendo que ha habido algo fuerte, de ser capaz que poco a poco un polvo de vez en cuando se convierta en algo más. Aunque al final ni siquiera eso hubo porque salieron más cosas a la luz, y aquello acabó por enterrar cualquier esperanza.

La cosa es que en ese punto yo ya no estaba bien. Todavía faltarían 3 meses para conocer a Jose. Pero mi comportamiento y mi cabeza no estaban bien. Y estaba dispuesta a aguantar mierda sólo por si acaso me acaban queriendo. Y en 3 meses mi estado mental empeoró hasta el punto de que cuando Jose llegó, la chica de 22 no existía y se agarró a un clavo ardiendo.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Fascinación por las mentes inquietas

El post de hoy puede herir sensibilidades y no porque vaya a contar una historia violenta o de maltrato sino todo lo contrario. Hoy no va a haber palabras de odio, dolor y rencor para Jose así que avisado quedas si quieres seguir leyendo.

Antes de conocer a Jose en persona empezamos a hablar a raíz de el último disco (no son discos exactamente pero es la manera más fácil de nombrarlos) que había sacado. Con sinceridad, ese trabajo lo escuché únicamente porque el chico perfecto, aquel con la cara de haber roto todos los platos, tenía un par de temas y porque Jose había sido el productor del último disco de él. Así que digamos que yo estaba en una etapa de intentar recuperar algo que yo misma había jodido y me escuchaba cualquier cosa que tuviera relación con él. 

Y así es como descubrí el disco de Jose y la verdad que me encantó. Además, es un gran cinéfilo y en el disco había una canción sobre cine que fue nuestra primera toma de contacto. El decía que en total había nombrado 37 películas y yo las encontré todas...Le mandé un mensaje con todos los títulos y empezamos a hablar. Él todavía no sabía quien era yo.

Un mes después de que empezáramos a hablar por diferentes redes sociales, Jose presentó su disco en un garito de Madrid y yo me fuí con una amiga. Sabía quien iba a estar allí también y yo no podía perder la oportunidad de volver a verle. Así que Vero y yo nos presentamos un día de diario con unos tacones de infarto en un garito en el que todas las tías iban en zapatillas... vamos que vernos, se nos veía bastante bien. Se nos veía tan bien que no pagamos una sóla copa en toda la noche...

Y mientras Jose y sus amigos presentaban sus discos en el escenario, yo hacía como que me interesara muchísimo mientras Vero no le quitaba los ojos de encima a la barra al chico perfecto para ver si me miraba... 

Ese día a Jose le contaron toda la historia sobre mí pero aún así el dijo que prefería conocerme y juzgar por sí mismo que clase de persona era, así que decidimos quedar en persona y conocernos.

Podía pasarme horas y horas hablando con él. De hecho creo que en nuestras primeras dos "citas" hablamos sin parar durante unas 15 horas. A él le encantaba mi forma de pensar, mi carácter (JAJAJA que chiste¿ eh? ese mismo carácter que luego se encargó de aplastar para que fuera lo más dócil y niña pequeña dependiente de él posible), pensaba que estaba a su altura a nivel de conversación. Y Jose es una persona muy inteligente. Creo que es de las personas más inteligentes que he conocido.

Porque una cosa es que como persona, como ser humano, sea un grandísimo hijo de puta, con grandísimos problemas de autoestima y su síndrome diagnosticado y todo, que eso no lo voy a negar, y otra cosa es que como artista, sea un puto genio en lo suyo. 

Un artista inquieto, con mucha cabeza para pensar, muy rápido de mente, una persona con la que se puede hablar de todo. Capaz de convertir cualquier cosa que pasa por su manos en un tema completamente distinto. 

Y supongo que esa es la razón por la que la gente de alrededor no veía o no quería ver su problema como persona, como ser humano. Para muchos era la gallina de los huevos de oro que ni si quiera cobraba por su trabajo, para otros un genio... no sé supongo que a veces nos es difícil ver los fallos de la gente que admiramos, por la que sentimos fascinación y que queremos. Y que haya gente, que incluso llegue a aceptar eso de un familiar o un ser querido. 

Pues para mí esa gente está igual de enferma que lo estaba yo. Quiero decir, cuando el hermano de Jose (su hermano, sangre de su sangre) se enteró de lo que había estado pasando, le dijo que si  yo fuera su hermana, ese día Jose hubiera ido del once "pa abajo". No le defendió, no miró para otro lado. Creo que esa debería ser la reacción natural del ser humano, esa debería ser la respuesta ante una situación así, ya sea tu hijo, o la persona más importante de tu vida, está enfermo.

En cuanto a mí yo sufría su problema pero tampoco lo veía. Porque le defendía todos y cada uno de los días. Porque soñaba con que cambiaría. Porque sabía que era lo suficientemente fuerte como para dejar de ser lo que era. Porque el podía ser TODO lo que quisiera ser, pero aún así decidió que había cosas que no quería dejar de ser...




lunes, 9 de septiembre de 2013

Parte 2 de aquel "Cuando la verdad salió a la luz"

El otro día pasé una tarde con mi madre de compras. Hablamos, me preguntó qué es lo que andaba por mi mente y cuando le contesté que había alguien del pasado rondándome por la cabeza, me preguntó si era Jose. Le dije algo así como "mamá por favor, la duda ofende", pero en realidad que dude de mí y se le pase por la cabeza esa posibilidad no es nada descabellado teniendo en cuenta la historia.

Vale, cuando conté cómo fue el día en que mi familia se enteró de todo lo que estaba pasando con Jose, quizá no expresé correctamente como me sentí ese día o los días posteriores. 

Para mi todo aquello fue un secuestro. Ese mismo día me llevaron al pueblo con toda mi familia, al día siguiente estaba en Madrid con mi hermana pegada a mis talones toooooodo el día. Cuando me dejó salir para ir a comprar tabaco, me metí en el bar, marqué su número y le dije que se creara la cuenta de messenger como si fuera Dani. Mi madre llegó de Galicia y me llevaron para allá tres semanas. No quería ir, no quería que me trataran como una niña pequeña que tiene que obedecer absolutamente todo lo que le dicen, pero no podía hacer absolutamente nada, y eso me frustró muchísimo. Aproveché mi estancia en Galicia para convencer a mi primor de que se viniera a Madrid a vivir conmigo y así poder quitarme a mi madre de encima y volver a recuperar un poco de normalidad y vida adulta. Volvimos a Madrid un sábado y el domingo estaba reuniéndome con Jose en su barrio.

Le dije a mi madre que había quedado con Dani, que no tardaría mucho, y mi madre confió en mí. Supongo que no se daban cuenta realmente de como me sentía y el hecho de que pensaran que yo iba a dejar a Jose antes de que mi tíos llegaran, era una buena venda para los ojos. Así que nos vimos, Jose se montó en mi coche, y yo vomité. El estrés que tuve que soportar durante meses mientras me reunía con mi exnovio maltratador a escondidas de toda mi familia empezó con aquel vómito. Pero los recuerdos que tengo de las sensaciones de aquel día, no dicen que vomitara por estar nerviosa, o por volver a ver a Jose después de lo que paso en mi casa. Era por si mi madre me descubría. Si alguien lo averiguaba, Jose podía meterse en problemas, y eso era lo que a mí me preocupaba.

Fueron unos meses muy duros. Jose no quería hablar del problema, de lo que había pasado y el tema de los tíos era completamente tabú. Es curioso como tenía dominado todo el tema de la violencia física pero sin embargo no era capaz de dejar de meterse en los chats gays. Y yo no podía dejar de desconfiar, pero estábamos yendo a terapia, sólo era cuestión de tiempo. No recuerdo cuanto tiempo estuvo Jose yendo al psiquiatra, pero si que le ayudó bastante. El problema es que cuando dejó de ir (no recuerdo ni por qué) todo volvió a torcerse y había que volver a vigilar el vestuario y demás. Yo no duré mucho en el psicólogo puesto que teniendo en cuenta que el primer día que me senté le conté toda la historia, le dije que seguía con mi novio y que no pensaba dejarle, no me ayudó mucho intentando buscar traumas infantiles a 65 euros los 45 minutos. Así que estuvimos unos meses haciendo cálculos, control de gastos, y empezamos a buscar sitios para irnos a vivir juntos. 

Y ese 1 de febrero es cuando mi familia entera se enteró de que yo había vuelto con él, de que no podían hacer nada por impedirlo, y de que esta vez no sabrían donde encontrarme. Nos mudábamos juntos. Esa fue una de las reglas de Jose, nadie de mi círculo (excepto el primor, que al ser de Galicia no le consideraba un miembro indeseable de mi familia) podía saber dónde estábamos viviendo, nadie de mi familia iba a pisar su casa. Es curioso como nos creíamos invencibles, y más fuertes que cualquiera y sin embargo a la semana o dos semanas de estar viviendo en el loft, un sitio donde nadie nos conocía y nadie sabía nuestra historia, me llamó el encargado del edificio diciéndome que nuestros vecinos estaban pensando en llamar a la policía para denunciar a mi novio por maltrato. Los gritos, los golpes sobre mesas o paredes hacían que la gente pensara que estaba pasando algo que no pasaba, pero que a la vez sí que pasaba.

Pero una vez más el mundo estaba equivocado y nosotros no, así que...

Así que habría que dejar que fuera el tiempo y los pequeños detalles, porque la vida está llena de pequeños detalles que la hacen grande, los que acabaran por dinamitar una relación que desde el primer momento fue tóxica y empezada por las peores razones posibles. Si existe el karma o lo que coño haya ahí fuera que pone las cosas en su lugar, yo sé que Jose fue un castigo por mi comportamiento, un castigo exagerado, teniendo en cuenta el mal que yo había hecho, pero que aquello se mantuviera durante casi dos años, no fue cosa del karma, fue cosa mía. 

Pero aquel error es una historia que no tiene cabida aquí. No por nada, no me avergüenza contar aquello (bueno un poco sip, aunque la gente que me conoce y sabe la historia no termina de creer que yo haya hecho cosas así) pero es una historia que para contarla hay que dar demasiados detalles de la vida de los protagonistas y hasta ahora he intentado no nombrar a mucha gente. Quiero decir toda la gente que rodea esta historia así como Jose, son "conocida" dentro de su mundo y nunca sabes quien va a acabar por leer esto (según las estadísticas, gente de Estados Unidos, Rusia, ni idea de cómo) Podría acabar en ojos de alguien que reconociera a las personas si cuento aquella historia y la mierda aquella ya se removió demasiado.

Aparte todo lo que he tenido que contar de aquella época, aquellos meses previos a conocer a Jose, está escrito y publicado, el resto sólo son los pequeños detalles que me llevaron a perder y a perderme.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Días en los que me convertiría en la musa de Q. Tarantino

Últimamente estoy contando muchos secretos. Y soy consciente de que la mayoría de ellos descubren que durante un tiempo, no estuve en mis mejores condiciones psicológicas (la verdad que no es que esté mucho menos loca ahora ¿no?) pero bueno tengo pensado crear una entrada contando las secuelas de todo aquello. Casi dos años después de que todo se acabara todavía puedo decir que me quedan algunas secuelas, pero para eso estamos aquí, para intentar liberar la mente y el espíritu. Y la conciencia un poco también.

Hace unos dos meses le mandé un whatsapp a Jose. Nos tenemos mutuamente bloqueados pero ese día me entró una sensación rara, como de que las cosas no estaban yendo bien y le pedí que habláramos. Cuando le dejé, Jose no quiso darme la oportunidad de hablar, de descargar todo lo que llevaba dentro a pesar de que creo que hubiera sido una terapia cojonuda para ambos puesto que aunque él tenía controlado todo el tema de descargar su ira físicamente, todavía tenía problemas de inseguridad y celos que hacían la relación imposible. Y yo tenía la necesidad urgente de decirle las cosas que estaban mal en su cerebro, esas cosas que él mismo aseguró que no creía que estuviera mal que las pensara por lo que nunca dejaría de pensar de ese modo. Total que hace dos meses volví a sentir esa necesidad. La necesidad de descargar, de que él supiera los verdaderos motivos de todo. De porque aguanté al principio, de las mentiras que había tenido que decirle cada vez que hacía preguntas incómodas, el verdadero motivo por el que me gustó al principio y empecé con él (lo que llamo el efecto camaleón..), como nunca dejé de pensar en el chico perfecto de las citas perfectas, que por cierto tiene mucho que ver con el efecto camaleón... Jose se volvió a negar a tener esa conversación y aquí estamos...

Y ahora pienso... nunca he sido una persona de venganzas, siempre he creído en la justicia y he intentado no ocasionar mal en la gente que me rodea. He fallado algunas veces pero por norma general no me van las venganzas ni el ojo por ojo. El caso es que si me plantara y le dijera a Jose todas las cosas que tenía dentro, cosas que están saliendo y saldrán en este blog, ¿le haría daño? ¿Quiero hacerle daño? La verdad que no lo sé. 

Entonces hay noches que pienso que si que quiero hacerle daño, que si el precio que él tiene que pagar porque yo me descargue y cuente lo que tengo dentro, es dolor, pues que lo pague. Otras noches pienso que yo no soy nadie para hacerle daño. En su momento tuve la oportunidad de denunciar y no lo hice. Fin de la historia.

De todas formas seguiré escribiendo. A pesar de que sé que hay gente que está leyendo este blog y que podría utilizarlo para hacer daño, quiero creer que son mejores que todo eso y que no lo utilizarán más allá de echarse unas risas con los amigos. 

Hay alguien especial en todo esto que dice en una canción algo así como "me duele lo que hice pero más lo que no he hecho". A mi me duele haber hecho y sido muchas cosas, me duele haber perdido oportunidades y tiempo, pero hay cosas que no he hecho y que no he dicho que me duelen mucho más... y ya que no podemos volver al pasado para intentar arreglarlas, vamos a intentar sacar lo mejor de lo que nos queda por delante ¿no? Aunque el reloj haga tic-tac cada vez más fuerte... o quizá sólo es que cada vez hay más silencio a nuestro alrededor y por eso lo oímos más fuerte. Una vez alguien me dijo que quería tener la vida perfecta a los 30. Quería su mujer y su hijo, y que si no conseguía encontrar a la chica perfecta, que entonces cogería a la primera tía que por lo menos estuviera buena y punto... A veces nos subimos a trenes que no nos corresponden sólo por miedo... es curioso porque a veces también perdemos el tren perfecto por la misma razón.

Mensaje especial para mi hermanita mayor: esto es mío pero también es tuyo, y de todas las personas que lo leen. Puedes comentar lo que quieras y dar tu opinión de lo que sea... todavía me quedan muchas cosas duras por escuchar o leer sobre lo que hice... y por eso están habilitados los comentarios anónimos! ;) 


miércoles, 4 de septiembre de 2013

Cuando el subconsciente te falla

Ayer hablé sobre una de las máximas de Jose. Tenía muchas, no os vayáis a creer, una persona con la cabeza tan hecha polvo, tiene muchas leyes propias para intentar mantener las cosas bajo control... su idea de relación perfecta.

El caso es que una de estas máxima era que si él era mi vida, antes de conocerle yo no tenía vida así que no tenía permitido hablar, pensar o recordar ninguno de los momentos que pertenecieran a mi "no vida". 

Here´s the problem, mi memoria. Tengo una buena memoria, demasiado buena en realidad y un subconsciente lleno de recuerdos y momentos pasados. Pero el miedo te enseña muchas cosas... o quizá es el dolor, que luego se convierte en miedo, pero el caso es que el miedo y el de dolor son muy buenos profesores. Y al final acabas aprendiendo a controlar hasta el puñetero subconsciente, ese que espera a que te relajes y estés en un buen momento, uno en el cual hasta te permites sonreír, para joderte y hacerte decir algo pasado. Pero hasta a ese acabas controlando.

Creo que soy capaz de decir cual fue la última vez en que por mi parte (porque mi vida no sólo la había vivido yo y encontrarnos con gente de mi vida como mi hermana o mis padres, era un suplicio porque alguien siempre sacaba algún tema del pasado) cometí el error de mencionar algo que a Jose le recordara que yo había tenido una vida antes que él.

Era verano y habíamos decidido pasar nuestras vacaciones en el Valle de Irati. Montaña por supuesto, nada de playa, ni piscinas ni ningún sitio en el que yo tenga que ponerme un bikini. Nos apetecía hacer rutas de senderismo por bosques con algún río que los atravesara. Nos quedamos en un precioso hotel rural que estaba justo al lado del bosque y de las rutas y un día caluroso, las hicimos.

Andamos mucho, era un camino medio abierto medio cerrado, por lo que había tramos con bastante sol sobre nosotros. Pero por mucho que subimos y bajamos, no encontramos ningún río así que decidimos volver; bueno en realidad fue Jose el que dijo "Hemos bajado mucho y hace demasiado calor, vamos a volver", a lo que yo contesté un único, "sí que hace mucha calor, sí"...

Yo iba delante de él, y de repente me pegó un patada y me caí. Me levanté temblando y pregunté qué pasaba, qué había pasado. Volvió a empujarme y a insultarme porque encima no sabía que es lo que había hecho, así que me lo dijo mientras iba empujandome y pegándome mientras subíamos.

Había dicho "mucha calor". "No lo entiendes?, eres una zorra que se fue a Sevilla a vivir por amor y debe ser que le querías y que no le has olvidado si todavía dices "mucha calor"porque el calor es masculino pero tú sigues hablando como si vivieras en Sevilla" y un ciento más de perlitas como esa. A estas alturas sabes que tienes que mentir, inventarte lo que sea pero tranquilizarle y pedir perdón. Hacer que se calme y que vea que gana, da igual lo que tengas que hacer, lo que te mande, tu comportamiento tiene que ser como el de una niña pequeña perdida, asustada y que haría cualquier cosa porque deje de empujarte, de darte patadas y se calme. Recordarle que a quien amas es a él, que tu ex es tu ex porque tú le dejaste... inventa, lo que haga falta.

Y a estas alturas sabía como acabaría, con sexo. Casi siempre acababa con sexo. Y el recuerdo que tengo del sexo que hubo ese día es sentirme muy sucia. Porque todavía me amenazaba mientras yo hacía que se corriera en medio de una puta senda del bosque. Era el precio que tenía que pagar para que se le pasara el cabreo de ese día "¿me quieres?, pues haz que me corra, necesito descargar".

Y al final acabas llorando sentada en una piedra en medio del camino; él ya está bien, ya te quiere de nuevo y como eres su bebé, su niña, tiene que consolarte y pedirte perdón. Pero ¿por qué lloraba yo? Pues lloraba por todo, era una especie de coctelera de emociones, con felicidad y alegría porque volvía a ser el chico casi perfecto, por el miedo que había pasado que todavía estaba presente, por el asco de sentirme usada... 

Después de ese día, por mi parte no hubo una sola alusión a nada que pudiera recordarle que había tenido una vida antes que él. Es más mi vecina de abajo a la que él tanto odiaba porque se metía en la relación y se quejaba mucho del ruido de su música, fue mi suegra durante cinco años, y él nunca lo llegó a saber... Eso hubiera sido mi perdición y lo sabía, así que cuando nos cruzábamos con mi excuñado, que siempre me saludaba, y Jose me lanzaba sus habituales perlitas sobre si me ponía cachonda el vecino, tenía que conseguir salir de aquellas situaciones sin decir "es mi excuñado y le conozco desde que nació, así que ni de coña".

Otro trabajo era conseguir que la poca gente de mi pasado con la que compartíamos momentos, no hablaran. Eso era imposible. Por suerte sólo hubo dos situaciones. Mi hermana y mi cuñada un fin de semana para comer (creo que mi hermana vio a Jose dos veces en toda su vida) y mis padres un fin de semana que vinieron a Madrid. La situación con mi hermana no fue del todo mal pues sólo recordamos momentos infantiles que aunque jodían a Jose, no le recordaban exnovios ni nada parecido, y el único momento crítico en el que mi hermana hizo referencia a mi primer novio, lo hizo por su nombre de pila y refiriéndole como colega de ella. Me sentía hasta feliz de haber salido aireada de aquella situación aunque no volvería a repetirse. Mi familia tendría que estar lo más alejada de Jose posible.

Pero si mis padres vienen a Madrid a pasar unos días, no puedo decirles que no quiero que se queden en SU casa, así que no hubo manera de evitar ese encuentro. Era la segunda vez que mi padre veía a Jose, (y la última) pero teniendo en cuenta que la primera vez fue el fin de semana que se había muerto mi abuelo, mi padre no había dedicado mucho tiempo a conocerle. Y entonces se produce una de las típicas situaciones en las que mi padre se pone a hablar de los orgulloso que está de su hija... blablabla... que si la carrera, que si Sevilla, que si el trabajo de ahora... Un padre orgulloso de su hija que está haciendo que el tío que tiene enfrente empiece a dar vueltas a su cabeza a toda la información una y otra vez hasta que no puede más y me dice que tiene que bajar al garaje que si le acompaño. Ahora viene más de lo mismo de siempre... insultos, descargar puñetazos contra todo... en un de los empujones caí de espaldas contra el suelo y se acojonó lo suficiente como para parar pero le duró bien poco así que empezó con el dolor psicológico, diciéndome que se iba a casa de su ex a follársela, que no le esperara para dormir y yo persiguiéndole por la calle intentando que diera la vuelta y me perdonara (¿perdonarme por que?). Me dió una tregua y volvió a casa, nos metimos en la cama y a solucionar los problemas descargando. Pero de repente todo se volvió a torcer... No es sencillo follar con una persona que no tiene mucha autoestima, y que encima tiene una cabeza a la que no se le escapa detalle y que es capaz de meter imágenes mías follando con otros mientras lo hacemos. Con la consiguiente cortada de rollo, además de mucha ira y cabreo, porque en esos momentos no diferenciaba mucho la realidad de una simple imagen en su cabeza o de un sueño.

Y aquí viene la peor parte, la pregunta. De repente le surge una duda, una duda de tipo sexual y pregunta. Y entonces estás perdida... Mi mente se queda en blanco y no sabe que responder, y entonces recibes la primera hostia en las piernas desnudas. Suplicas que deje el tema, pero su respuesta es otra hostia en las piernas. "Contesta a la pregunta, es una pregunta sencilla y si vuelves a intentar taparte las piernas con el edredón te daré más fuerte" Sigues suplicando, le dices que no quiere saber la respuesta, pero a estas alturas ya sabe la respuesta, es obvio, sólo quiere oírtelo decir. Pero no puedes, si confiesas estás más que perdida y en ese punto, después de subir un poco el tono y del sonido de las hostias sobre las piernas desnudas, lo único que te preocupa es que tu padre, que está durmiendo dos habitaciones más para allá, no se despierte. Te dices a ti misma que no llores, que no hagas ruido, intenta calmarle y que no siga dándote porque las hostias están haciendo ruido ¿y si tu padre lo escucha? Pero ¿qué pasará si dices que si? Si contestas a la pregunta y se descontrola, ¿entonces que? Pues cuando ya no puedes más aguantar el dolor y las lágrimas, entonces ya te da igual que se monte la tercera guerra mundial en tu casa, dices que sí y esperas la hostia final. 

Y, ¿qué es lo que obtienes?, pues un "¿ves bebé?, sólo quería que me dijeras la verdad" JA. Puede que a lo largo de los meses me hayas jodido tanto la cabeza que sigo aquí soportando todo esto porque sé (creo) que puedes cambiar y ser casi perfecto, pero ya he aprendido bastante como para saber que un "sí" de primeras sólo es la excusa para la primera hostia, y encima con rabia por haber sido tan descarada como para reconocerlo.

martes, 3 de septiembre de 2013

Empezando a conocer a Jose

Más o menos 3 semanas después de que empezáramos a salir, llegaron las vacaciones de semana santa. Yo libraba jueves y viernes pero me tocaba trabajar el sábado hasta mediodía y a Jose le habían contratado para pinchar en un par de fiestas en Zaragoza así que él se iría el viernes por la mañana en autobús y yo en coche el sábado al mediodía.

Pasamos el jueves santo juntos y decidimos dormir en casa de sus padres puesto que desde allí nos quedaba más cerca la estación de autobuses. A la mañana siguiente, el despertador sonó y yo me desperté inmediatamente. Jose estaba haciéndose el remolón y no le apetecía levantarse así que decidí encender la luz para ponernos en marcha y así no perder el autobús. 

De repente se transformó en un monstruo. Se puso a gritar y salió de la cama disparado dándole patadas y puñetazos a todo. No paraba de gritar, de ir pasillo arriba pasillo abajo. Yo me quedé inmóvil, en la cama sin saber que hacer y muerta de miedo. Media hora después estaba más calmado y nos preparamos para salir corriendo porque llegaba tarde, muy tarde. 

Le dejé en la estación pasados unos minutos de la hora de salida, me besó, me dijo que me quería y salió corriendo. Yo ese día había quedado con mi prima para aprovechar para ir al pueblo a ver a mi abuela. Todavía no me había apartado de mi familia a esas alturas aunque en los próximos 8 meses no nos veríamos más que un par de veces más.

Mientras estábamos en casa del novio de mi prima esperando a que se duchara para llevarle a trabajar e irnos las dos juntas al pueblo, Jose me llamó por teléfono. Estaba histérico, no paraba de insultarme y de gritarme. Le dije a mi prima que les esperaba en la calle y bajé para que no escuchara los gritos.

Jose había perdido el autobús y había tenido que comprar un billete nuevo, y encima al ir a comprar el billete había dejado la gorra en la ventanilla y la había perdido. Me llamaba para echarme la culpa de todo y para decirme cuanto le había costado mi estupidez de despertarle.

Tuve que decirle a mi prima que se fuera ella a llevar a su novio al trabajo y que luego volviera a por mí, pero media hora después cuando volvió yo seguía pegada al teléfono así que le dije que no iba al pueblo, que necesitaba ir a la estación de autobuses a buscar la gorra de Jose. Me había quedado sin batería en uno de los teléfonos en mitad de la conversación y Jose me llamó al otro. Seguía echando espuma por la boca, montado en el autobús y con todo el mundo mirándole. No sé que es lo que quería de mí. Porque me seguía gritando e insultando. Quería que le tranquilizase, que le calmase, pero yo estaba muy lejos de él y sólo podía pedir perdón y llorar. Y aquello aumentaba más su ira. Cuando le dije que nos veíamos al día siguiente y que intentara tranquilizarse, que iba a ir a buscar la gorra, me dijo que cuando me viera, me mataría. Entonces el pánico se apoderó de mí y colgué el teléfono. 

Sin dejar de llorar conduje hasta la estación para buscar la gorra, pensando que era la única solución para que dejara de estar enfadado. Acababa de decirme que me iba a matar. Mi novio. No encontré la gorra y volví a casa para cargar el móvil y pensar en qué iba a hacer. Entonces me volvió a llamar. El autobusero había parado solamente por el escándalo que estaba montando en el autobús y había dicho por el micrófono que mejor parar para ver si calmaban los ánimos. Ese fue su primer "click" y me llamó pidiendo perdón. Que era una tontería que hubiera perdido el autobús y que la gorra sólo era una gorra. Que sentía mucho todo lo que había dicho y que nos veíamos al día siguiente. Que me quería mucho.

Y al día siguiente yo llegué a Zaragoza y todo fueron besos y caricias y miradas de adulación y mil cosas más. Las cosas se volverían a torcer, no recuerdo bien el por qué en el viaje de vuelta y cuando llegamos a casa, tuvimos la primera discusión fuerte, con sillas volando y gritos. Entonces yo me tiré al suelo y me puse a llorar, con una crisis de ansiedad y terror flipante, y ese fue su "click", verme llorando derrotada en el suelo y al segundo todo eran "bebé, no, por favor, lo siento, mi bebé, perdóname, tienes que intentar pararme, si tu te desmoronas estamos perdidos".

Este fue el punto en el que me planteé dejar de soportar aquello, pero fue el punto en el que pensé que estaba sóla, que si dejaba a Jose tendría que llamar a mis amigas a las que llevaba ya casi un mes sin llamar y ver, y que estarían enfadadas y no querrían saber nada de mí, que no iba a poder contarles lo que pasaba con Jose. Y fue el punto en que recordé sus palabras, las del chico perfecto, y pensé que no, que si yo le dejaba, yo era la zorra que el decía. Así que pensé que si no pasaba de aquello que tampoco sería tan malo, tan sólo tendría que aprender a tratar a Jose e intentar no despertar su rabia. 

Todavía no sabía que lo que yo hiciera iba a dar igual y que poco a poco su "clicks" empezarían a llegar más tarde: con más gritos, con un empujón, con la primera hostia, con el primer mordisco, cuando era yo la que cogía el cigarro para quemarme cuando él amenazaba con hacérselo, o cuando era yo la que cogía el cuchillo para cortarme cuando el amenazaba con cortase.

Poco a poco aprendes a mentir y a intentar evitar las situaciones más fáciles, las diarias. Dejas de vestirte enseñando piel, dejas de intentar llamar la atención de la gente, de usar tacones, maquillaje, de mirar a la gente a la cara para evitar que nadie te devuelva la mirada, de ir con él a sitios con mucha gente... cosas fáciles. Si ves una peli en la que sale un chico guapo y te preguntan si te gusta, la respuesta debe ser no, siempre no, independientemente de que el diga que estás mintiendo, de que insista, la respuesta es siempre no, "no cariño, no me parece guapo, no me mola, solo me gustas tú" contesta lo que quieras pero contesta, no se te ocurra callarte... y poco a poco aprendes a salir de esas situaciones... alguna se escapa y no la controlas y se arma, pero después de la primera y de afirmar inocentemente que Keanu Reeves sale muy guapo en Speed y de recibir insultos y golpes por decirlo, aprendes. Y te convences de que si estás con alguien, y piensas simplemente que otro chico es guapo, entonces estás siendo infiel... Y ya no sé si era por los golpes, por lo hecha polvo que estaba mi cabeza, o qué cojones, pero todas y cada una de las leyes y pensamientos y teorías retrógradas de Jose acabaron por lavarme la cabeza y acabar pensando así.

Así que primero desaparecieron del tuenti y del facebook todas las fotos inapropiadas, después amigos masculinos que no deberían estar ahí puesto que no se pueden tener amigos chicos, y finalmente se acaban cerrando las cuentas del facebook y del tuenti... porque total abiertas sólo provocaban problemas cuando el se metía en mis mensajes privados y descubría cosas de antes de conocerle que le enervaban. Porque eso era una máxima indispensable de la relación: Si yo soy tu vida, antes de conocerme no tenías vida, por lo que no se te ocurra recordar ni uno sólo de esos días y mucho menos hablarme de ellos. Y esa máxima sería causante de más de un problema. Y más de dos.

domingo, 1 de septiembre de 2013

La primera vez, a lo Ted Mosby

3 días después de empezar con Jose, tuvimos el primer problema. Fue algo tonto e insignificante pero a lo mejor si hubiera sido más lista y no hubiera estado obsesionada con que aquello tenía que funcionar, hubiera sigo capaz de ver que algo no estaba bien. Pero cuando te piden perdón de aquella manera piensas que es hasta romántico...

El caso es que era un martes por la tarde. Estábamos en el estudio recogiendo las cosas para irnos y con nosotros estaban los otros dos socios de Jose en el estudio. El caso es que estábamos hablando de porros y uno de los chicos se agachó sobre una mininevera para esconder la María... Todos estábamos mirando como lo hacía porque en cuanto acabara nos íbamos. El caso es que cuando una persona de metro ochenta se inclina sobre una nevera que no levanta medio metro del suelo, su culo se convierte en todo lo que puedes mirar si estás mirando en esa dirección. Y que queréis que os diga pero nunca me han intimidado los culos, así que no me sentí tan incómoda como para apartar la vista. Dónde estaba el problema entonces? Pues hasta que no nos montamos en el coche y estuvimos a solas no me di cuenta de que Jose no me hablaba y estaba enfadado. Enfadado porque según él me había pillado, (como si yo hubiera cometido el peor de los crímenes y hubiera intentado que no me pillaran por eso) mirando el culo de su amigo! Perdona? Cuándo? Cómo? De qué hablas? Ni siquiera era consciente de lo que estaba hablando porque a mí el culo de Alberto como que me la pelaba bastante... Bueno el culo de Alberto y Alberto en general: guapo? Puede, depende de para quien, creído? Demasiado como para que no te chirríen los oídos al oírle hablar. Pero debe ser que a Jose le gustaba más que a mi porque fue una gran obsesión para él durante casi toda la relación.

El caso es que ahí estábamos, en el portal de su casa metidos en mi coche discutiendo sobre el hecho de que le había mirado el culo a Alberto. Se bajó del coche me dijo que no sabía si iba a poder soportar aquello y aunque yo no entendía en ese momento de que estaba hablando, intenté ayudarle. Pero me pidió que me fuera y que le dejará sólo. Y yo lo hice. Volví a mi casa y me metí en la cama. Al día siguiente al mediodía cuando llegue de trabajar tenía todas las redes sociales plagadas de mensajes suyos. No tenía batería ni cargador y no había podido llamarme. Había corrido detrás del coche cuando vio que me iba y le dio tanto miedo perderme que se dio cuenta de que no podía estar sin mí. 

Si alguien ve "Como conocí a vuestra madre" en la última temporada hay un episodio en el que lo que para la mayoría de la gente el comportamiento de la novia de Ted significa que está como una puta cabra y que debería romper con ella, pero para Ted sólo son actos románticos que le indican que le quiere. Pues algo así creo que pensé yo. Que bonito que alguien corra detrás del coche para intentar que no te vayas no? Para que luego digan que las pelis románticas no han hecho mucho daño...

Fue la primera discusión a los tres días de empezar juntos... Y como buena fan de las películas románticas debería de saber que como mínimo la primera semana debería ser más que perfecta... Dos semanas después estaría gritándome por teléfono que me iba a matar, pero eso es otra historia.