domingo, 6 de octubre de 2013

Secuelas

A veces me cuesta pensar en todo por lo que he pasado. Y no me refiero por dolor a recordar sino porque me cuesta darme cuenta de las cosas a las que estuve expuesta.

Antes de conocer a Jose yo era una persona muy alegre, muy sociable y  muy cariñosa. Muy extrovertida y capaz de coger confianza con una persona muy rápido. Y siempre trataba a mis amigos como a mis amigas. 

El día de nuestra segunda cita empezó en el estudio que Jose tenía por aquel entonces con dos amigos para grabar el programa de radio que él y uno de sus "socios" hacían. Fue una tarde divertida y muy muy larga y además acabamos los tres en un concierto que daban en los estudios de madrugada. A esas alturas yo ya había cogido suficiente confianza con su amigo como para bailar juntos y demás tonterías que haces cuando sales de fiesta. El caso es que Jose vino a preguntarme si me gustaba su amigo pensando que mi simpatía era producto de la atracción y yo le dejé claro que no, que ya le había explicado como era mi forma de ser y se quedó tranquilo. Lo entendió perfectamente, aunque con la duda de que tampoco quisiera nada con él pues mi comportamiento no era aclarativo. Al día siguiente todas las dudas se despejaron y empezamos juntos.

No puedo decir exactamente cómo pasó. Sé que si empezábamos una conversación importante sobre algo que a Jose le "molestara", exponía sus razones de tal manera que era capaz de hacer que vieras su punto de vista con total claridad y hasta pudieras llegar a compartirlo.

Quiero decir, nunca le había dado importancia al cuerpo, a mi cuerpo o al de cualquiera. No me escandalizaba la piel y en mis redes sociales podías encontrar fotos en bikini o incluso ligeras de ropa producto de las sesiones fotográficas que habíamos hecho para los trabajos de una de mis princesas. Todo eso fue lo primero en desaparecer de las redes sociales y hoy en día puedo decir que a veces mi mente se escapa a criticar o escandalizarse brevemente cuando ve algo de publicidad sexual o desnudez no justificada. Luego recapacito, pienso y me doy cuenta de que no, pero ese primer instinto sigue ahí.

Creo que lo siguiente en llegar fue dejar de saludar con dos besos a los chicos con los que me encontraba o nos encontrábamos. Mi actitud podía hacer que la gente se confundiera expresando tanto cariño y eso no estaba bien, además de que es una falta de respeto hacia tu pareja flirtear (aunque creo que a mi me lo enseñaron como educación). Esta parte me costó muchísimo recuperar una vez que todo se acabó, aunque creo que hoy en día estoy al 95% en comparación a lo extrovertida y cariñosa que era con la gente.

Pero sin duda una de las cosas que más me costó dejar de hacer fue perder la tranquilidad. Recuerdo que unas semanas después de dejarlo con Jose fuí al cine con un amigo. Fuimos a un centro comercial y a ver La Voz Dormida. En cuanto entramos en el centro comercial mi amigo se dio cuenta de que algo no iba bien puesto que a pesar de que él iba a mi lado, yo no paraba de mirar al suelo. No cruzaba la mirada con nadie excepto con él y en pocas ocasiones. Jose no estaba allí para fijarse si yo miraba a alguien o si alguien me devolvía alguna mirada pero yo ya actuaba por costumbre. No era miedo actual, era pura costumbre que el miedo había instalado en mi. Ver la película, así como las películas o programas o series que vendrían después era un suplicio. A pesar de que sabía que cada vez que apareciera un chico guapo en la pantalla nadie iba a instigarme, no podía relajarme y disfrutar de la película o la televisión.

Antes de conocer a Jose, siempre que le hablaba a la persona con la que estaba de mis amigas, les decía que cuando las conocieran iban a flipar porque mis princesas están muy buenas. Cuando Angel las conoció, yo misma le pregunté qué le habían parecido y para nada me molestó que dijera que estaban buenas. Cuando Jose las conoció me dijo que no le gustaban y poco a poco me fue introduciendo en su forma de pensar. Cuando estás con alguien, sólo el hecho de que pienses que otra persona es guapa, es ser infiel, además de una falta de respeto muy grande por tu pareja. Por eso Jose nunca decía nada de nadie, nunca decía piropos de otras chicas ni hacía comentarios ni le pillabas mirando a nadie y por ende yo debía hacer y comportarme de la misma manera. El caso es que cuando el primer chico con el que estuve después de Jose se refirió a un amigo suyo diciéndole que una de mis princesas estaba muy buena, me desgarró el alma. Y me jodía sentirme así porque joder! si hasta yo pensaba que la pequeña florecilla es un bombón no quería que me molestara que él lo pensara. Hoy en día creo que depende de la situación pero sí que sé que soy mas propensa a sentir celos de lo que he sido nunca. No salen fácilmente pero están ahí.

Por lo demás, creo que mi mente es ahora más fuerte aunque también mas obsesiva. De hecho creo que es la mayor secuela que me queda de todo aquello... la capacidad que tengo  para obsesionarme con casi todo.Creo que no tengo problemas de confianza y sigo siendo capaz de abrirme ante la gente. Y en cuanto a los chicos..., pues de momento no he he tenido la oportunidad de ponerme a prueba en situaciones de discusiones o tensas, así que no sé como reaccionará mi mente, pero lo que sí sé es que ya no hay miedo dentro de mi. Supongo que tendré siempre algo dentro alerta, atento a las señales, dispuesto a reconocer los patrones si tengo la mala suerte de volver a encontrarme con alguien así en la vida. Por eso para mi es tan importante no olvidar...

Y Ahora qué?

En nuestra segunda cita, Jose me contó que había pegado a su ex novias. Me contó situaciones y cosas que había hecho, que había ido al psicólogo para intentar "curarse" y lo había conseguido. Aquella experiencia le había cambiado la vida y ya no era la misma persona. Y yo le tenía enfrente y no era capaz de creer que la persona que él me estaba describiendo fuera él... era incapaz de imaginarle haciendo cualquiera de las cosas que describía y se lo dije. Incluso le dije que daría lo que fuera por poder mirar por un agujerito y verle en una de esas situaciones porque me era imposible creer lo que me decía. A veces hay que tener cuidado con lo que deseamos ¿eh? Porque yo acabé con un asiento en primera fila para comprobar cómo era ese Jose que yo no era capaz de creer que existiera. Cuando escribí la entrada de los salvamos o a los leones hice una especie de crítica sobre la gente que participaba en nuestro día a día pero no me paré a pensar en esa segunda cita, cuando yo no creí que él fuera capaz de pegar a alguien. No me paré a pensar en cuál fue mi reacción ante lo que Jose me estaba contado que había sido la tónica de su vida con respecto a las chicas. Porque ese era el superpoder de Jose, te atrapaba cuando te hablaba, capaz de hacerte pensar como él. Es difícil de explicar pero siempre he dicho que Jose era una persona muy inteligente y daba gusto hablar con él de cualquier tema y nadie, nadie que le conozca sólo como amigo o como profesional, podría pensar que detrás de toda esa inteligencia hay muchos traumas luchando por abrirse paso y hacer caer al ídolo.

Esto que vais a leer ahora es la letra de una canción de Jose. Cuando la escuché hace poco tuve una enorme sensación de dejá vu. Y no sería nada raro si no fuera porque Jose no me escribió esta canción a mí sino que la escribió mucho antes de siquiera conocernos. (Tenéis el video de la canción al final)

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...

Mi delito es amarte, mi mal no poseerte, mi sueño fue tenerte, chica, no puedo olvidarte. Parece ser que la monotonía venció, las grandes mentiras son dichas en un silencio. Tras cada frase de tu boca puse un punto, vamos mal separados y peor si estamos juntos. En la oscuridad te busco entre las sábanas, no pido nada más para avanzar en este mundo. Me hiciste olvidar lo solo que estaba, la playa sin mar es un desierto experto en cosas que acaban. No hago más que nombrarte para ver si apareces, pero como dios no me haces caso y to' se desvanece. "Te lo mereces" dicen, nadie más va a caber en mi corazón lleno de cicatrices, sigo sin saber cómo seguir, cómo luchar contra esta mierda, no puse fichas en el tablero, así es normal que pierda.

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...

Busco tus huellas pero ellas no quieren que las busque. Mi dolor fue tan grande que mil veces me ofuscó y que salgan los que, tuvieron paciencia en los enfados, "es cosa de dos", dice el cobarde y se aparta hacia un lado. No me creo na' de las historias con un buen final, tal vez ayer fallé por eso acabó mal. Respóndeme gyal, ¿qué puedo hacer pa´redimirme? Realmente lo siento así que sé que debo irme. Todo se acabó y yo no voy a reconocerlo, ni todas unas putas eh, ni todos unos cerdos, pa' que recuerdos. Aún así debo pedir perdón no supe mantener la llama de aquel fuego eterno. Lluvias y llantos, listas y tontos, sueños de espanto, despierto "empapao" en sudor y sigo preguntando ¿cuánto tiempo costará borrar mi pena? Tu corta la relación que yo me cortaré las venas.

Y ahora qué, si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder, si cada cosa que quiero contar la conté ayer, sino no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer, so ahora dime qué... Si miro para atrás y veo que te he vuelto a perder y cada cosa que quiero contar ya la conté, ya no seré capaz de darte todo ese querer que tu dabas mujer so ahora dime qué...