domingo, 15 de diciembre de 2013

Mierda fuera. Aceptando mis pecados.

He contado esta historia en varias ocasiones, pero a pesar de mi buena memoria, han pasado 4 años de todo aquello, así que espero que no se me olvide ningún detalle.

En julio del 2009 yo llevaba 3 años de relación con Ángel. Tenía 25 años recién cumplidos y la sensación de que no había vivido nada. Sólo me había acostado con 3 personas en mi vida y ni siquiera tenía ganas de acostarme con mi novio a pesar de que vivíamos juntos y solos. Aquello me hizo replantearme bastantes cosas y decidí que no podía seguir con Ángel. 


Por delante me esperaba un verano alucinante con mis amigas y además uno de mis amigos volvía a España esos días. Teníamos mucho feeling y la verdad que nunca habíamos tenido nada porque cuando reapareció en mi vida la primera vez yo estaba con Ángel y ya he dicho que no creo en la infidelidad. El caso es que ahora estaba soltera y no pensaba que hubiera nada malo en materializar la tensión sexual que había siempre entre nosotros. Luego yo me rayé y no volvió a pasar nada entre nosotros. Ese fue uno de los primeros errores que cometería ese año. Pero bueno, pasó una vez y después pudimos volver a ser amigos.


El caso es que pasé un verano soñado. Nos fuimos de vacaciones las chicas, salíamos a tomar algo todas las tardes después del trabajo, y el caso de tener una casa de 100m2 para mi sola no me agobiaba en absoluto. Hasta que llegó septiembre. Se acabó el horario continuado y el tomarse algo a la salida del trabajo. Me sentía sola y en ese momento apareció una de esas personas capaces de sentir cuando alguien necesitaba que le regalaran el oído y qué decir exactamente.


Hoy en día miro hacia atrás y me siento estúpida por haberme creído una sola de las cosas que Alimaña me dijo. Pero bueno antes voy a presentaros a Alimaña.


Conocí a Alimaña en el trabajo, en una de las oficinas a las que yo iba de vez en cuando a trabajar. Era un rapero de 32 años al que le encantaba todo lo que tuviera que ver con USA. Así que hablábamos de nuestros viajes y me comentó que tenía planeado un viaje a New York con los amigos en breve y que si quería podía irme con ellos. Yo no estaba bien y él lo sabía, y empezó a "cortejarme". Un día después de trabajar me pidió que le llevara a casa ya que no vivíamos muy lejos. Me pidió que le dejara cerca del centro comercial y en el coche, cuando llegamos, me djo que había estado pensando y que no podíamos ir juntos a New York porque sería una bomba de relojería. Y me besó. Y me dijo mil cosas bonitas al oído. Y yo me los dejé regalar.


Nada más bajarse del coche, llamé a una de mis princesas y le conté lo que me acababa de pasar y se alegró por mi pero me advirtió que no me creyera todo lo que me dijera, que había mucho listo con mucha labia suelto. Pero, ¿qué podía salir mal de aquello?


Nunca había estado sola. A los 17 años empecé a salir con mi primer novio y había hilado aquella relación con Ángel prácticamente sin mucho tiempo entre ellas y aquel período de tiempo sin pareja me estaba matando. El verano había estado bien pero ya tenía 25 años y estaba SOLA!! Hoy tengo 29 y creo que no he estado tan a gusto en mi vida. Pero el caso es que por alguna extraña razón pensaba que tenía que encontrar a alguien y que tenía que hacerlo rápido.


Y Alimaña parecía un buen candidato. Quiero decir, no era guapo (hoy en día siempre que le digo a la gente que he estado con trolls les pongo su foto, y todos me dan la razón oye!) pero nunca me han importado los fisicos lo más mínimo y como persona, teniendo en cuenta que estaba cumpliendo con su papel a las mil maravillas, era muy decente. Así que primero me enteré de que tenía un hijo de 3 años. Una monada de niño al que incluso tuve la oportunidad de conocer en varias ocasiones.


Nos veíamos sobre todo los fines de semana. Yo iba a buscarle al trabajo durante sus descansos e íbamos a mi casa. Si quedábamos a diario o me decía que se pasaría por mi trabajo, al final siempre acababa rompiendo los planes por algún motivo. Recuerdo un día que iba a venir con un amigo, para presentármelo, puesto que era algo que yo le pedía (no sé por que era importante para mi conocer a su círculo) y acabó llamándome para cancelarlo porque había tenido que quedarse con el niño a última hora (hasta hablé con el niño por teléfono). El caso es que me daba una serie de detalles que me hacían pensar que no tenía mujer, puesto que siempre hablaba de la madre del niño como "la madre del niño" aunque bien es cierto que yo nunca pregunté.


El caso es que a finales de septiembre y tras casi un mes de relación durante el cual incluso había desaparecido una semana (más tarde me enteré que fueron unas vacaciones familiares) él sacaba un disco y la cantidad de mensajes en su muro de facebook me hicieron darme cuenta que la madre de su hijo no era sólamente la madre de su hijo sino que también era su mujer.


Le enfrenté y lo reconoció. Pero ninguno de los dos fuimos capaces de dejarlo ir. No sé por qué. Él me decía que no la quería, que por eso la trataba como la madre de su hijo, que tenían problemas pero que no podía separarse y me pedía tiempo. Y allí estaba yo, accediendo a algo que ya no tenía ni siquiera sentido para mi puesto que hasta en el fondo de mi ser, pensaba que no quería que dejara a su mujer por mi. Pero tampoco pude alejarme.


El día que presentó el disco de su grupo en el fnac de Leganés, fui a verlos. Incluso conocí a la mujer a la que me presentó como si yo fuera una compañera de trabajo. El caso es que ese día vi que quizá la única manera de poder estar cerca de él era ir metiéndome en su círculo de amigos y por lo menos disfrutar de su compañía con la excusa de que era una más. Y ese día conocí a uno de sus amigos. (A este le vamos a llamar Yago). El caso es que después del concierto se acercó a mi e intentó ligar conmigo. Yo había escuchado que por la noche iban a celebrar el cumpleaños de uno de ellos en la plaza de Santo Domingo y pensé que la mejor opción para presentarme en el cumpleaños era si Yago me invitaba. Así que cuando me dijo que si nos íbamos a tomar algo, le dije que sí. Fuímos a tomar algo y después al cumpleaños y a eso de las dos decicí decir que me marchaba porque al día siguiente curraba y madrugaba. Pero Yago quería venirse conmigo. Le dije que le acercaba hasta su casa si quería, porque teniendo en cuenta que le había utilizado para ir hasta la fiesta me sentía un poco mal y un poco culpable como para no llevarle por lo menos hasta su casa. El problema es que Yago no tenía la mínima intención de irse a su casa (básicamente porque no tenía de eso, aunque yo lo descubriría más tarde cuando le conté a Alimaña la horrible noche que había pasado). Acabamos en mi casa y gracias a mi horrible problema para decir que "no", acabé con un tío en mi cama. Le hice la cobra como 20000 veces en toda la noche pero estaba rendida, con muchísimo sueño y sabiendo que en nada me tenía que levantar para ir a trabajar y no había manera de que me dejara tranquila. Así que le dejé quedarse a dormir y le dije que no se le ocurriera meterme mano. Se portó bastante bien aunque aún así la tensión y las ganas de vomitar al ver a donde me había llevado mi estupidez de la noche, no me dejaron pegar ojo. A la mañana siguiente me pidió mi teléfono, nos despedimos en el portal de mi casa con otra cobra más y punto. En cuanto llegue al trabajo llame a Alimaña y le conté todo lo que había pasado. Me dijo que lo sentía pero que no tenía que preocuparme de nada porque Yago no iría diciendo nada de lo que había pasado, ni siquiera aunque hubiera pasado "si en vez de Yago hubiera sido Esteban puedes estar segura que ahora todo el mundo sabría hasta lo que no pasó" me dijo...


Y mi relación con Alimaña siguió su curso. Vosotros pensaréis que a estas alturas ya debía haber aprendido una lección ¿verdad? En plan no vas a sacar nada bueno de relacionarte con los amigos del tío este... pues no chicos no. Tenía 25 años y era el ser más estúpido del universo así que seguí haciendo amigos de su círculo como por ejemplo Daniel.


El caso es que la relación con Alimaña empezó a tomar una tónica bastante dolorosa para mis sentimientos y para mi salud mental. Nos pasábamos un fin de semana juntos, al que le seguía una semana de silencio, un mail o mensaje privado en alguna red social diciéndome que no podía seguir con aquello, seguido de otro mail o mensaje pidiéndome perdón y diciéndome que no podía sacarme de su vida, que todo eso se acabaría el día en que yo conociera a otra persona y decidiera cortar aquello. Todo esto acompañado de mis momentos de bajón en los que mis princesas las pobres no sabían que hacer ni cómo ayudarme a que me diera cuenta de que Alimaña no era lo que yo me merecía.


Y así fue como un viernes 21 de noviembre todo cambió. El fin de semana antes, Alimaña me dijo que si había escuchado el nuevo trabajo de Jaime. Me dijo que me lo descargara y que lo escuchara. Era uno de sus amigos aunque yo no le había conocido de momento. Lo hice y flipé. Me encantó. Duro, chulo, pero molaba un montón. Y aquel viernes decidí enviarle un mensaje para decirle que molaba mucho lo que había sacado. 


Empezamos a intercambiarnos mensajes por las redes sociales, le dije que era amiga de Alimaña y que trabábamos juntos y me invitó a cenar por la noche.


Me acojoné. Nunca en mi vida me había ido a cenar con alguien a quien no conociera de nada. En las fotos estaba bastante bueno, aunque tenía una cara de malo que flipabas, pero ¿cómo iba a irme a cenar con un tío que no conocía de nada? Alimaña no me importaba la verdad. Levaba toda la semana sin saber nada él y sabía que era producto de una de sus ralladuras que ya me estaban empezando a cansar y no iba a pasarme el fin de semana en casa esperando a que me llamara, menos sabiendo que la llamada o mensaje que recibiría sería un "no puedo seguir con esto". Además se suponía que estaba camino de Barcelona para dar un concierto con Daniel y con Esteban así que... Así que le dije a Jaime que sí. Que cenábamos juntos.


Aunque a media tarde Daniel me llamó para decirme que no se iban a Barcelona al final y que a la salida del curro me recogía con Esteban para ir a tomar algo. Me venían genial. Ellos eran amigos de Jaime, bastante amigos la verdad y yo iba a quedar con alguien a quien ni siquiera había visto en mi vida. Supuse que sería más fácil si había alguien más que nos hiciera de nexo. Aunque a Jaime no le hizo ninguna gracia enterarse de que yo había quedado con sus amigos antes y que no estaba en casa preparándome para su cita. Pero bueno, Daniel hizo de nexo durante los primeros cinco minutos y relajó bastante la tensión.


De cómo fue la cena, ya he hablado en otra entrada. Fue sencillamente E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-AR Creo que en mi vida me he sentido tan bien con alguien. Hablamos sin parar, le conté la historia con Yago y le pedí que no se riera, y se rió, y me dijo que él no habría podido dormir conmigo en la misma cama y no meterme mano. Y me dejó en casa. Sana y salva, con un beso en la mejilla y una invitación para su cumpleaños al día siguiente. Y un mensaje en el movil cuando llegó a casa diciéndome que se lo había pasado genial.


Al día siguiente me entró el pánico de que Alimaña se fuera a enterar de que me había ido a cenar con su amigo y le pedí a Jaime que no dijera nada de la cena porque no quería que nadie del trabajo se enterara de lo que hacía o dejaba de hacer. En el momento en que envié el mensaje a Jaime, Alimaña me estaba enviando un mensaje por el facebook diciéndome que no podía seguir así que se acababa todo. Y yo me sentí liberada. 


Acaba de pasar una noche increíble con un chico increíble y ¿el tío que llevaba mareándome casi tres meses me decía que no podía seguir con aquello? Pues adiós amigo!


Jaime se enfadó un poco cuando leyó mi menaje pero le convencí para que lo olvidara y fui a recogerle por la noche con Daniel y Esteban para ir a celebrar su cumpleaños a la plaza de Santo Domingo. 

Llegamos de la mano y a pesar de que él era el cumpleañero todos sus colegas ya estaban ahí. Incluido Alimaña que en cuanto nos vio llegar se imaginó todo lo que estaba pasando sin que nadie se lo dijera. A la media hora de llegar, y en un momento en que Jaime se había ido no sé a donde, Alimaña se acercó a mi y me dijo que qué estaba haciendo allí con ESE.  Aunque sólo llevábamos "juntos" tres meses, me conocía desde hacía 8 y sabía exactamente qué es lo que tenía que decir. Me dijo que Jaime era un cocainómano. Que en ese momento se estaba metiendo una raya con Daniel y que no era un chico para mi. Que él me quería. Que nunca pensó que tendría la suerte de encontrar a su media naranja y que había encontrado dos. Que le diera tiempo. Y que lo que tenía que hacer era decir que me encontraba mal y que me iba a casa, y que como vivíamos cerca que él se venía conmigo. Estaba en shock. Siempre he sido de la liga antidroga. En mi vida había visto ni probado la cocaína y en mi mente no entraba la idea de estar con un chico que se metiera. Así que le dije a Jaime que me iba y me acompañó al coche a sacar las botellas de alcohol. Él no sabía nada de lo que estaba pasando. Sabía que yo estaba mal y casi sin voz y que había madrugado para ir a trabajar así que no pensó que me pasara nada. Y en el coche me pidió un beso. Iba a ser nuestro primer beso y yo no quería dárselo. Acaba de meterse coca y en aquel momento yo pensé que aquel era el peor crimen que se podía cometer. (Madre mía cuanta estupidez que tenía encima con un cuarto de siglo) Así que a regañadientes y después de que me lo pidiera mucho con la cosa de que era su cumpleaños y todo eso, se lo dí. Sólo quería largarme de allí y me pareció que era la única manera de lograrlo. No me paré y le dije la verdad. Aunque ahora lo pienso y hubiera sido lo más inteligente y valiente. Pero decidí huir como una cobarde. Quedamos en que me llamaba al día siguiente.

A estas alturas debo decir que yo tenía un grave problema (¿sólo uno?) que me haría ir al psicólogo mas tarde, que consistía en no saber decir que no a la gente. No me gustaban los conflictos ni quedar mal y eso me llevaba en muchas ocasiones a hacer cosas que no quería y que incluso me hacían sentirme muy mal conmigo misma (como que Yago se quedara a dormir en mi casa o besar Jaime esa noche)

Y el lunes volvimos a quedar. No pude evitar esa cita porque no quería decirle exactamente la verdad ni quedar mal así que ideé un plan para que fuera él el que no quisiera nada conmigo. Durante nuestra primera cita me había dicho que aunque sus canciones y sus apariencia era de chulo, cuando estaba con alguien, igual que daba exclusividad la pedía. Así que quedamos en mi casa aquel lunes 24 de noviembre y una de las primera cosas que le dije fue que yo no iba a poder darle exclusividad porque estaba con otras dos personas: un chico y una chica. Y que no sabía si quería iniciar algo con una tercera persona.

Y su reacción no fue la que yo esperaba. Le pareció "duro" pero me dijo que quizá necesitábamos ambos un tiempo para sopesar y pensar si queríamos tener una "relación" que no fuera exclusiva. Y no se fue de mi casa. Pedimos para cenar e intenté que se fuera pero me dijo que era tarde, que al día siguiente ambos madrugábamos para ir a trabajar y que por favor le dejara quedarse a dormir. Y yo no supe decir que no. Y él me lo había avisado, "yo no sería capaz de dormir contigo en la misma cama y no meterte mano". Así que acabé follando con él, como diría mi Loquita, por educación, por no saber decir que no. Pero sin ganas ninguna y sin poder sacarme de la cabeza que estaba follando con un tío que se metía coca.

Así que al día siguiente nos despedimos y quedamos en que dedicaríamos la semana a pensar en qué era lo que queríamos de aquella relación.  Yo aquella semana libraba jueves, viernes, sábado y domingo y como caído del cielo, o quizá con su intención aquella de "sabe más el diablo por viejo que por diablo", Alimaña me llamó el jueves por la mañana temprano para invitarme a pasar el día entero con él. Fuimos al estudio de fotografía de uno de sus mejores amigos y desde que se montó en el coche no paró de hablarme de Jaime, y no precisamente bien. Además me llevaba al estudio de fotografía de un chico que también le conocía y cuya opinión no era del todo buena. Digamos que me pasé como doce horas oyendo perlitas sobre Jaime. Hoy miro hacia atrás y parece que estaba hasta planeado. Y lo más duro de todo es que aquella información venía de una persona a la que Jaime no le había dedicado más que elogios la primera noche que cenamos. Alguien a quien Jaime consideraba como un hermano, a quien quería y respetaba y en quien confiaba.

Me contaron anécdotas de viajes, de conciertos, de sesiones de fotos, actitudes... y yo sólo escuchaba y flipaba.

Al día siguiente mis padres vinieron de Galicia con mi hermano y como le encantaba la música de Jaime, a pesar de que ya le había dicho por la mañana que mejor lo dejábamos como estaba y no nos veíamos más, llevé a mi hermano y a su amigo al concierto. Además allí estaban también Daniel y Esteban y yo seguía llevándome bien con ellos. 

Era la primera vez que veía a Jaime en concierto y su actitud me hizo creer más los comentarios que Alimaña y el fotógrafo habían dicho de él.

A la semana siguiente, con Alimaña otra vez desaparecido en combate, me fui de fiesta un día de diario con Daniel y Esteban y acabé en casa de Esteban. No me preguntéis que es lo que se me pasó por la cabeza porque no lo sé. Pero pensaba que tampoco se acabaría el mundo por tener sexo por sexo por una vez en mi vida. Era lo que los adultos hacían ¿no? Un polvo y ya está, sin que significara nada.

No me paré a pensar que las cosas nunca habían funcionado así para mi (y siguen sin funcionar). Salí de casa de Esteban sin dormir a las 8 de la mañana para irme al curro y cuando mi jornada laboral se acabó a las 7 de las tarde, me fui al barrio de mis amigas, me tiré en el suelo de la cancha de fútbol del Campito, les conté todo lo que había pasado hasta el momento y me puse a llorar rota de dolor. Me sentía sucia. Me sentía mal. No sabía por qué estaba actuando de esa manera. No sabía por qué estaba quedando con una panda de gente que no tenía nada que ver conmigo. Por qué estaba actuando como una puta a la que se iban pasando. Hasta ese momento me había acostado en toda mi vida con cinco personas, y en tres meses me había tirado a tres tíos por los que encima ni siquiera tenía sentimientos y que se conocían!! Esto era peor que Al Salir de Clase!! Así que mi J preferida me dijo que se acababa, que o espabilaba o me daba dos hostias. Que ya estaba bien de jugar a ser quien no era. Que yo no era esa persona y que no podían seguir viendo cómo hacía el gilipollas. Les dije que ese fin de semana estaban todos fuera de concierto así que no quedaría con ellos y que con Alimaña ya estaba todo terminado por mi parte así que no quedaría más con él.

El problema es que el fin de semana era un fin de semana largo. Puente de diciembre. Y el viernes todo estuvo en orden porque los raperos estaban de viaje de concierto por tierras norteñas, pero el sábado cuando volvieron, Jaime subió una foto al tuenti que me hizo pensar un montón de cosas. Y le mandé un mensaje. Y se lo dije. Le dije que cada vez que pensaba en él me venía una sensación muy rara. Por que por un lado estaba la persona con la que yo había tenido aquella primera cita, aquella cena perfecta, por otro lado estaba la persona a la que había visto en el concierto, el personaje, y por otro la persona que me habían contado que era. Y había algo que no me cuadraba. Me contestó (oh yeah) y me dijo que el personaje sólo era eso, el personaje, el chico malo con mucha vida detrás que se desahogaba en las letras de las canciones y que no podía fiarme de la persona que me habían dicho que era. Que la persona de verdad, era la que había ido a cenar conmigo y con eso era con lo que tenía que quedarme.

Le volví a dar mi número por si acaso lo había borrado después de cómo había decidido yo que no nos volviéramos a ver, me confirmó que lo había borrado y le dije que si algún día quería cenar y hablar que me llamara. A las cinco minutos me estaba llamando y diciendo que si no tenía planes que me dejaba invitarle a cenar. Y repetimos.

Y volvió a ser increíble. Y sutilmente empecé a intentar averiguar qué de todo lo que me habían contado era verdad y qué no (claro que él nunca pensó que detrás de toda aquella información estuviera Alimaña sino Alejo, otro rapero amigo de Alimaña con el que yo también trabaja y con el que Jaime no tenía nada de buena relación). Y me explicó todas aquellas situaciones y cómo habían sido en realidad. Y me dijo que sí que era cierto que se metía coca de vez en cuando, pero me preguntó si era un problema porque siempre que había tenido pareja y la coca había sido un problema, no se metía. 

Y esa noche me acosté con él. Pero esta vez queriendo hacerlo con todo mi ser. Y el domingo, en vez de irse a su casa, canceló sus planes y lo pasamos juntos. Y el lunes, fuimos a su casa a por ropa y el cepillo de dientes y lo pasamos juntos. Y el martes 8 de diciembre, y fin del puente de mi vida, lo pasamos juntos hasta el último momento en que tuvimos que despedirnos porque no podíamos seguir tan pegados. Al día siguiente madrugábamos y trabajábamos y en algún momento había que separarse aunque no quisiéramos. 

Y se fue. Y me metí en la ducha. Y pensé en cómo se lo iba a contar. Porque vale que lo de Esteban no había significado una puta mierda y era una tontería contarlo, pero lo de Alimaña tenía que saberlo. Tenía que saber la opinión que tenía de él alguien en quien confiaba tanto. Y nunca pensé que el que se enterara de la verdad, aunque fuera por mi boca, haría que me odiara tanto. Quizá fue el hecho de que se enteró al día siguiente de que el puente acabara por circunstancias que a mi se me vinieron encima y que no supe como manejar. El caso es que un día después de que el puente de la felicidad hubiera pasado por mi vida y de pensar que ya estaba, que ya había encontrado a la persona con la que quería estar, todo se derrumbó y se vino abajo.

No volví a hablar con Alimaña y no volví a querer ir a la oficina en la que me lo encontraba si iba. No volví a saber nada de Daniel ni de Esteban, y dediqué todos mis esfuerzos a intentar hacer que Jaime me perdonara. 

Un día a mitad de la semana entre nochebuena y nochevieja me presenté en su casa de imprevisto. Aunque no sabía cual era su piso y le llamé por teléfono desde la calle. En un momento un vecino abrió el portal y miré el piso en el buzón. Me dijo que estaba de farol y que no me había atrevido a ir a su casa, así que llamé al telefonillo pero no me abrió. Ahora ya sabía que estaba allí de verdad y nos pasamos una hora hablando por teléfono. Me metí en el portal cuando abrió otro vecino y me senté en las escaleras enfrente de su casa. Después de un buen rato y teniendo en cuenta que sus vecinos debían de estar flipando, me dejó entrar. Me dijo que había quedado con Alimaña y que habían discutido. Estaba cansado de todo. Estaba pensando en dejar todo. El rap y todo lo que conllevaba. La falsedad e intentar olvidar todo lo que había descubierto. 

Me dijo que nunca estaría conmigo. Que ya no podía. Que después de saber que había estado con Alimaña, que el día de su cumpleaños me había ido con él y mil cosas más que yo misma le había contado (aunque no le había dicho lo de Esteban), que no podía estar conmigo, no de la manera que ambos habíamos pensado aquel puente de diciembre. Pero aún así follamos. Dos veces. Aquello ero lo máximo que él me ofrecía y yo lo cogía como si fuera lo más preciado, porque sabía lo que era la perfección. Porque sabía lo que había habido entre nosotros y porque tenía la esperanza de poder volver a sentirme como sólo él me había hecho sentir en toda mi vida, como una princesa de cuento.

Ni siquiera aquello fue posible. En nochevieja se me ocurrió mandarle un mensaje para felicitarle el año sin darme cuenta que con él estarían probablemente Daniel y Esteban. Y que Esteban era ese chico que Alimaña me había dicho que no mantendría la boca cerrada al contar algo que hubiera pasado entre nosotros aún cuando no hubiera pasado. Y entonces Jaime pensó que incluso lo de Yago había sido aunque no fue y que yo no era más que una zorra a la que no le merecía la pena ni follársela. 

Y luego vendría Jose. 

Y ya sabéis, Karma is a bitch.







viernes, 13 de diciembre de 2013

Originales, copias y subirnos a trenes por los peores motivos posibles.

Acabo de ver un anuncio de la final de Top Chef y me he preguntado a mi misma cómo es posible que con lo que me gusta la cocina y con lo que me gustaba Master Chef, que no me perdí ni un sólo programa, no haya visto ni uno sólo de los de Top Chef. Y me he contestado a mi misma que la razón es porque no me gustan las copias. No me suelen enganchar los programas que intentar imitar una fórmula original y aunque Top Chef sea probablemente "más original" y saliera en otros países antes, para mi el primero ha sido Master Chef.

Pero bueno que me lío, que todo esto viene porque en el momento en que me he dado a mi misma la respuesta de que no me gustan las copias y blablabla me he dado cuenta de que en mi vida personal no ha sido así.

A estas alturas ya sabéis que conocí a Jose porque era uno de los mejores amigos del chico perfecto, aquel con la cara de haber roto todos los platos y la historia completa de cómo conocí a ese chico, esa que es un poco vergonzante, vendrá en breve. El caso es que a pesar de que la historia con aquel chico estaba acabada y era imposible de retomar, yo no perdí la esperanza de que me diera la oportunidad de demostrarle que yo no era la chica que él pensaba que era, de demostrarle que yo era la que había pasado aquellos días con él y no la zorra sin corazón. Y entonces tomé again una de las peores decisiones de mi vida: intentar llegar a ese chico perfecto a través de Jose. 

Esa fue mi plena intención cuando quedé la primera vez con él. Intentar que viera que realmente era una buena chica y que estaba muy pillada por su amigo y se lo hiciera ver... claro que en mis planes no contaba con que Jose también tenía sus motivos para acercarse a mi y dejarme entrar en su vida y que el que saldría ganando sería él. En definitiva si me acerqué a Jose fue sólo porque interés, mi plan no era otro que "utilizarle" de alguna manera para conseguir recuperar a la otra jota de este trío de jotas malavenidos.

Y, ¿qué motivos podría tener Jose para acercarse a mi entonces? Pues veréis Jose y su colega a pesar de ser muy muy amigos eran las personas más diferentes del mundo (aunque Jose le admiraba y le envidiaba en muchas cosas y cuando les conocí flipé con el parecido, pero eso lo cuento más tarde). Les unía una relación profesional muy grande y a Jose le fascinaba la cantidad de talento que derrochaba (vamos a ponerle un nombre ¿no?) Jaime hasta el punto de que le había producido y mezclado sin cobrarle en muchas ocasiones. Pero cuando conocí a Jose estaba en un punto en que estaba empezando a plantearse que, si realmente era tan bueno en su trabajo y recibía elogios de todo el mundo, el hecho de que disfrutara con su trabajo no quería decir que tuviera que seguir sin cobrar a la gente. Se sentía usado por la mayoría de la gente de su entorno y estaba convencido de que si dejara de hacer trabajos gratis entonces la gente empezaría a mostrarse realmente y se daría cuenta de la cantidad de gente que estaba en su vida sólo por interés. Y la verdad que a él había mucha gente que le sobraba en su vida pero no se atrevía a cortar la relación. Y una de estas personas era Jaime. Y lo era por varias razones, no sólo por el hecho de que Jose pensara que se estaban aprovechando de él y que sólo era la gallina de los huevos de oro. Últimamente había descubierto algunas cosas que no le habían gustado nada de su "hermano" y eso sumado a que el círculo cercano de Jaime no tenía nada que ver con Jose y le producía bastante asco todo aquel ambiente, y sumado también a los hábitos y costumbres de Jaime que no compartía, hicieron que cuando yo aparecí en acción, al saber el desagrado que le causaba yo a Jaime, viera en mi la oportunidad perfecta y la mejor excusa para poder separarse sin que le acusaran de nada.

Y le funcionó. En el momento en que empezamos y Jose empezó a tener sus paranoias y a plantearse que no podía seguir siendo amigo de Jaime y tener una relación conmigo, llamo a Jaime y se lo dijo. Le pidió perdón y le dijo que no podía soportar seguir siendo amigo de una persona que sabía que había estado con su novia. Y Jaime le comprendió perfectamente. Le dijo que le entendía y que no se preocupara que no pasaba nada, que yo era una zorra y que no duraríamos porque le jodería la vida blablabla... pero claro entonces las cosas duraron y Jaime se dio cuenta de que realmente había perdido a Jose y que no volvería a ser ni su productor ni su nada. Y entonces empezaron los piques en canciones, el rencor y el odio y su hermano del alma ya no era su hermano del alma sino un traidor que le había dejado tirado por un coño. 

Pero no amigo, no. Si Jose hubiera roto la relación con Jaime por mi, pero con dolor por dejar de tener en su vida alguien importante para él, cuando lo dejamos, hubiera intentado alguna vía de reconciliación. Pero en cambio decidió escribir la que creo que es una de las canciones más directas y con más odio hacia Jaime (y si amigo, si, ya no estaba conmigo cuando la escribió ni cuando la sacó) pero después de tanto años de odio, aquella canción fue la manera de sacar todo fuera.

Si hubo más motivos para que Jose empezara conmigo o para que continuara la relación, no los conozco a ciencia cierta... sé que me quiso (a su manera claro, esa manera especial que tiene él de querer) y que el odio hacia Jaime pasó a un segundo plano aunque nunca nos abandonó.

Pero ¿por qué empecé yo una relación con Jose? Quiero decir, yo estaba muy pillada por Jaime y mi intención era intentar recuperar algo imposible, pero en el momento en que quedé con Jose el primer día me di cuenta de ello y lo supe. Supe que sería imposible recuperar nada de nada con Jaime. Y allí estaba Jose y su efecto camaleón. Después de dejarlo con Jose, él empezó a tener mucho contacto con una persona asturiana que se pasaba el día diciendo "tú" y una semana después de dejarlo, en una conversación por teléfono con Jose, se pasó media conversación diciendo "tú". Porque ese era Jose. Una persona super influenciable en ese tipo de cosas. Y cuando yo le conocí, Jaime era todo su mundo, un chico guapo, con personalidad y con muchísima seguridad en sí mismo (algo que Jose no ha sabido en toda su vida lo que significa) y la cantidad de tiempo que pasaban juntos hizo que cuando yo estuve con Jose aquel primer día, me pareciera estar sentada junto a Jaime si cerraba los ojos e incluso si los abría, a pesar de la diferencia fisica, podía ver todos sus gestos en el cuerpo de Jose y en su cara. Era como una versión de Jaime y supongo que una vez confirmado el hecho de que nunca recuperaría a Jaime en mi vida, Jose era en ese momento lo mejor que podía tener.

Así que no. Hubo un momento en el que decidí conformarme con la vulgar copia (además falsa falsa, porque en el momento en que Jose dejó de tener contacto con Jaime, dejó de tener ese parecido en la voz, en los gestos y en todo) así que no puedo afirmar que sólo me gusta lo original.

viernes, 6 de diciembre de 2013

Aceptando mi "no culpabilidad"

Tengo muchas cosas en la cabeza sobre las que hablar. La verdad que llevaba unos días con unas ideas en mente y de repente una serie de tweets han hecho que quiera hablar de muchas más. 

Hace algunas entradas comenté que no iba a hablar de una historia que había pasado en mi vida porque sólo era mierda y porque sería difícil hablar de ello sin dar nombres. Dejé bien claro que no era porque me avergonzara mi comportamiento en todo aquello; yo hace mucho tiempo que asumí todos los errores que cometí. Bueno pues he decidido que sí que voy a contarlo. Los nombres se pueden cambiar y la mierda no va a desaparecer sólo porque miremos hacia otro lado. Y yo necesito cortar el cordón que me une con todo aquello. Dejarlo ir. Una de las cosas que Jose marcó en mi personalidad a fuego es la obsesión, el darle vueltas a todo una y otra vez hasta que sólo tienes ganas de vomitar. Y a lo mejor contarlo hace que sea más fácil para mi dejarlo ir.

Pero a esa historia no le toca hoy. Quizá mañana. No sé, el puente es largo.

Cuando yo conocí a Jose, el estaba bien, "curado". Nos conocimos en marzo y a finales de dicembre él se había ido con su psicológo y otros pacientes a una especie de campamento del que volvió como nuevo, cambiado. Él tenía novia antes de aquello, una chica a la que también pegaba o maltrataba de alguna manera y por eso decidió  ponerse bien. El caso es que el campamento "funcionó" y volvió como nuevo, aunque su relación no duró mucho más pues la chica era incapaz de no tener miedo de él. Su historia no podría volver a ser porque había habido demasiadas conductas que la marcarían para siempre.

Por supuesto a las pocas semanas (o días, vete tú a saber) Jose ya estaba con otra chica. Poniendo a prueba su recuperación y demostrándole al mundo que había cambiado. Y con ella todo fue bien. Nada de gritos (no por parte de él por lo menos), nada de golpes, nada de celos, y nada de nada. Claro que teniendo en cuenta que los sentimientos de Jose por esta chica eran nulos, no era difícil entender que no le produjera nada.

Y entonces aparecí yo y empezamos a hablar y a escribirnos por las redes sociales. Supongo que eso desató los celos de ella y aquella relación hizo aguas en cuanto Jose y yo nos vimos la primera vez, a pesar de que entre nosotros no había pasado nada. Y en esa primera vez yo le conté todo lo que había pasado antes de conocerle y él decidió seguir adelante y conocerme y empezar una relación. De los motivos que él tuvo, así como de los míos propios,  hablaré en otra entrada porque es algo que ha traído algo de cola esta semana y se merece su propio espacio.

El caso es que él se conocía, sabía como era, sabía la clase de relaciones que había tenido hasta el momento y aún así se creyó Dios, se creyó capaz de no recaer, de superar todas las barreras y realmente seguir siendo "la persona que esos tres días de campamento habían hecho de él". 
Y yo también las sabía eh! Él me lo contó todo. Pero la persona que tenía delante era tan diferente a la que él describía que no era capaz de pensar que fuera la misma o que pudiera volver a ser igual. Yo también tenía fe en él pero no le conocía, así que sólo podía confiar en que si él decía que nunca volvería a ser aquello, es que nunca volvería.

Y entonces me paro y pienso, ¿fue culpa mía? él estaba curado ¿no? Había hecho un gran trabajo durante tres días en el campo que le habían cambiado la vida y su perspectiva, así que si Jose volvió a ser aquello, fue culpa mía. ¿Culpa de lo que yo había hecho antes de conocerle, culpa de mi comportamiento?

Luv dice que no hay culpables. Y hasta el fin de semana que pasé con ella no me di cuenta de que, no sé si hay culpables o no, pero lo que si tengo claro es que yo no lo fui.

Jose fue la primera persona a la que le conté la historia sin mentiras, sin censuras, entera. Y él decidió estar conmigo a pesar de conocerla. Y él decidió usar todo aquello como excusa para maltratarme cada día. Decidió guardar cada detalle en su cerebro, alimentarlos, darles vida y dejar que dominaran su vida y nuestra relación. No luchó. No intento combatir todo aquello que le perseguía por las noches. Ponía excusas sobre los culpables de que su cabeza estuviera tan mal y excusas para dejar de ir al psicólogo o no tomarse la medicación que le mandaban. Si de noche tenía pesadillas en las que me imaginaba haciendo mil y una cosas que le dañaban, no luchaba cuando se despertaba para sacarlo de su cabeza y repetirse que todo había sido un sueño, que yo no había hecho nada. Y creedme que es muy duro recibir golpes, gritos e insultos por las cosas que has hecho mal, pero lo es mucho más recibirlos por algo que no has hecho y que ni siquiera sabes que ha pasado. Porque tú sólo vas a despertarle como cada día, tú no has estado en sus sueños, no sabes las barbaridades con las que tu "yo onírico" ha decidido torturarle. Y él simplemente se rendía y dejaba que todo aquello entrara en él.

¿Qué pasó entonces en la segunda etapa? ¿Esa en la que Jose decidió luchar un poco más, ir al psicólogo y dejar por lo menos de maltratarme físicamente? Pues que, aunque tenía las pautas para controlar su ira física, él decidió seguir pensando igual respecto a muchas cosas. Ya lo dije en otra entrada "Porque él podía ser TODO lo que quisiera ser, pero aún así decidió que había cosas que no quería dejar de ser". Y seguir con sus máximas de que si enseñas piel es que eres una guarra, si demuestras afecto a los tíos que no son tu pareja es que te los quieres follar, si tienes novio y piensas que otro chico es guapo, le estás siendo infiel, etc, etc, etc.

Pero entonces, y volviendo a todo el tema de la "culpabilidad", ¿qué hubiera pasado si yo no hubiera sido aquella "yo" los seis meses antes de conocer a Jose? Es decir ¿si no hubiera vivido aquella historia y no me hubiera comportado como una zorra por una sóla vez en mi vida durante 3 meses? Hubiera dado exactamente lo mismo. Hubo un día en medio de una pelea en que llorando le dije a Jose que sólo me había acostado con 9 tíos en mi vida. Que él era el noveno. Y se quedó a cuadros. Para su "yo" celoso, posesivo y enfermo, yo era una zorra que se tiraba a todo lo que se movía. Entonces, ¿cómo era posible que sólo hubiera estado con 8 chicos antes que él? Joder porque ya te dije que mi comportamiento de aquellos 3 meses no definía quien era yo!! Que se me fue la cabeza, que quise jugar a ser adulta confundiendo lo que significaba ser adulto...
Pero aunque todo aquello no hubiera ocurrido, aunque hubiera conocido a Jose por otros motivos siendo la chica normal, sociable y responsable que había sido durante 25 años, su cerebro hubiera encontrado la excusa para sacar todos sus traumas y problemas que le hacían ser aquel ser enfermo.

Y de todo esto me di realmente cuenta gracias a pasar dos días con la persona más amorosa del mundo (en serio no sabéis lo que os perdéis de no conocer a Luv). Porque todo sigue igual. Porque hay cosas que para que cambien tienes que poner todo tu "yo" y no esperar a que venga un hada mágica que las cambie. Porque cuando estás enfermo, primero tienes que reconocer que estás enfermo, porque cuando estás siendo alguien que no te gusta y que no quieres ser, tienes que abrir los ojos, darte cuenta y decidir que no quieres seguir siendo eso. Porque no valen excusas. Porque todos podemos. Porque nadie es más que nadie. Porque todos somos libres de ser quienes queramos. Porque no somos propiedades de otros ni dioses con derecho a juzgar ni castigar a los otros. Porque hay que ser valientes y luchar y no conformarnos con decir "yo es que soy así" como excusa para hacer infelices a los que nos rodean. Y porque si consiguiéramos demostrar y sentir un poco más de respeto por la gente que nos rodea, aceptar que el que sean o piensen diferente a nosotros no es una barrera, entonces nos daríamos cuenta de que sí que necesitamos a la gente a nuestro alrededor, sobre todo a esa gente que nos quiere bien y que sólo se preocupan de que vivamos en paz.