miércoles, 21 de agosto de 2013

Historias

No es que tenga muchas en realidad, supongo que lo normal para una persona de 29 años ¿no? Pero el secreto está en la memoria... Ayer vi una película de hace un tiempo en la que decían que la memoria es traicionera. No es mi caso. Por suerte o por desgracia tengo muy buena memoria para las experiencias y guardo todas las experiencias por las que he pasado. Están en mi cabeza casi como una película, con conversaciones en la mayoría de los casos. Es un poco agobiante a veces, porque la cabeza nunca para. Da vueltas y vueltas y repasa momentos y busca detalles y los analiza... Digamos que es algo que en momentos desearía no tener pero la tengo, y las historias están ahí así que habrá que ir sacándolas.

Hay historias de todo tipo, como en la vida de todos. Y no voy a dejar de contar las historias de Jose. Son mi vida. Dos años de mi vida que quizá sean los que más me han marcado como persona y más fuertemente se han grabado en mi memoria. Por supuesto hay historias más alegres y divertidas pero mi intención es desahogarme de las que me pasan por la cabeza y ahí tienen cabida todas, no sólo las bonitas. Y no tengo intención de que las feas dejen de tener su lugar... no por nada, no es una forma de torturarme ni mucho menos, pero como he dicho en muchas ocasiones, no quiero olvidar. Ni de broma. Y si me pongo a olvidar y no soy capaz de reconocerlo la próxima vez? Y si mi castigo por olvidar es volver a vivir algo así? Es muy fácil hablar desde fuera o sin haberlo vivido. Por supuesto habrá gente que haya pasado por eso o cualquier otro tipo de momento traumático, (de esos que te dejan cicatrices reales en el cerebro, que ese el significado de trauma, herida) que quiere olvidar. No son yo. Nadie es yo. Yo he decidido no olvidar. He decidido vivir con ello todos los días y aún así no dejar de sonreír ni de ser feliz. Porque es historia, es pasado y sólo por el hecho de que ya no esté viviendo algo así hace que merezca la pena sonreír. Pero poco a poco tiene que ir saliendo de mi cabeza así que lo iré contando. 

Lo que si quiero dejar claro es que sólo son historias, más tristes o más alegres, sólo son historias. No están aquí para provocar odio ni pena. Sólo están aquí porque necesitan salir y a veces no soy capaz de hacerlas salir de otra manera.

 Recuerdo al principio que era un tema tabú. No quería hablar de ello con nadie. La gente más cercana sabía que era lo que había pasado pero no los detalles. Y había mucha gente a mi alrededor que no tenía ni idea de lo que había pasado. Amigos que no entendían porque yo contestaba que no a la pregunta de si era feliz, que no sabían porque me ponía a llorar de repente en medio de un bar. Entonces Vero me cogió, me dió un abrazo y me dijo que no pasaba nada. Que no era nada malo, ni había nada de lo que avergonzarse y que tenía que entender la frustración de los chicos al no entender que era lo que estaba pasando y que me pasaría con más gente. Que esos dos años para bien o para mal marcarían mi carácter de ahí en adelante y que habría muchas cosas que la gente no sería capaz de entender si no sabían por lo que había pasado.

Así que pondré esas historias, y siento mucho si a alguien en algún momento le parecen frívolas. Cuando decidí que no pasaba nada porque la gente supiera mi historia, decidí que prefería que pensaran que era frívola antes que dar pena. No quiero dar pena a nadie. Yo decidí que esas historias pasaran. Y lo decidí hasta que le puse fin. El por qué es otro tema. No creo que pueda hacer que nadie entienda el por qué así que no voy a intentar explicarlo, porque sé que yo misma no hubiera entendido antes de pasar por esto a nadie que quisiera explicarme su por qué.

Así que sólo dejemos que fluyan...

No hay comentarios:

Publicar un comentario