miércoles, 18 de septiembre de 2013

Fascinación por las mentes inquietas

El post de hoy puede herir sensibilidades y no porque vaya a contar una historia violenta o de maltrato sino todo lo contrario. Hoy no va a haber palabras de odio, dolor y rencor para Jose así que avisado quedas si quieres seguir leyendo.

Antes de conocer a Jose en persona empezamos a hablar a raíz de el último disco (no son discos exactamente pero es la manera más fácil de nombrarlos) que había sacado. Con sinceridad, ese trabajo lo escuché únicamente porque el chico perfecto, aquel con la cara de haber roto todos los platos, tenía un par de temas y porque Jose había sido el productor del último disco de él. Así que digamos que yo estaba en una etapa de intentar recuperar algo que yo misma había jodido y me escuchaba cualquier cosa que tuviera relación con él. 

Y así es como descubrí el disco de Jose y la verdad que me encantó. Además, es un gran cinéfilo y en el disco había una canción sobre cine que fue nuestra primera toma de contacto. El decía que en total había nombrado 37 películas y yo las encontré todas...Le mandé un mensaje con todos los títulos y empezamos a hablar. Él todavía no sabía quien era yo.

Un mes después de que empezáramos a hablar por diferentes redes sociales, Jose presentó su disco en un garito de Madrid y yo me fuí con una amiga. Sabía quien iba a estar allí también y yo no podía perder la oportunidad de volver a verle. Así que Vero y yo nos presentamos un día de diario con unos tacones de infarto en un garito en el que todas las tías iban en zapatillas... vamos que vernos, se nos veía bastante bien. Se nos veía tan bien que no pagamos una sóla copa en toda la noche...

Y mientras Jose y sus amigos presentaban sus discos en el escenario, yo hacía como que me interesara muchísimo mientras Vero no le quitaba los ojos de encima a la barra al chico perfecto para ver si me miraba... 

Ese día a Jose le contaron toda la historia sobre mí pero aún así el dijo que prefería conocerme y juzgar por sí mismo que clase de persona era, así que decidimos quedar en persona y conocernos.

Podía pasarme horas y horas hablando con él. De hecho creo que en nuestras primeras dos "citas" hablamos sin parar durante unas 15 horas. A él le encantaba mi forma de pensar, mi carácter (JAJAJA que chiste¿ eh? ese mismo carácter que luego se encargó de aplastar para que fuera lo más dócil y niña pequeña dependiente de él posible), pensaba que estaba a su altura a nivel de conversación. Y Jose es una persona muy inteligente. Creo que es de las personas más inteligentes que he conocido.

Porque una cosa es que como persona, como ser humano, sea un grandísimo hijo de puta, con grandísimos problemas de autoestima y su síndrome diagnosticado y todo, que eso no lo voy a negar, y otra cosa es que como artista, sea un puto genio en lo suyo. 

Un artista inquieto, con mucha cabeza para pensar, muy rápido de mente, una persona con la que se puede hablar de todo. Capaz de convertir cualquier cosa que pasa por su manos en un tema completamente distinto. 

Y supongo que esa es la razón por la que la gente de alrededor no veía o no quería ver su problema como persona, como ser humano. Para muchos era la gallina de los huevos de oro que ni si quiera cobraba por su trabajo, para otros un genio... no sé supongo que a veces nos es difícil ver los fallos de la gente que admiramos, por la que sentimos fascinación y que queremos. Y que haya gente, que incluso llegue a aceptar eso de un familiar o un ser querido. 

Pues para mí esa gente está igual de enferma que lo estaba yo. Quiero decir, cuando el hermano de Jose (su hermano, sangre de su sangre) se enteró de lo que había estado pasando, le dijo que si  yo fuera su hermana, ese día Jose hubiera ido del once "pa abajo". No le defendió, no miró para otro lado. Creo que esa debería ser la reacción natural del ser humano, esa debería ser la respuesta ante una situación así, ya sea tu hijo, o la persona más importante de tu vida, está enfermo.

En cuanto a mí yo sufría su problema pero tampoco lo veía. Porque le defendía todos y cada uno de los días. Porque soñaba con que cambiaría. Porque sabía que era lo suficientemente fuerte como para dejar de ser lo que era. Porque el podía ser TODO lo que quisiera ser, pero aún así decidió que había cosas que no quería dejar de ser...




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