lunes, 9 de septiembre de 2013

Parte 2 de aquel "Cuando la verdad salió a la luz"

El otro día pasé una tarde con mi madre de compras. Hablamos, me preguntó qué es lo que andaba por mi mente y cuando le contesté que había alguien del pasado rondándome por la cabeza, me preguntó si era Jose. Le dije algo así como "mamá por favor, la duda ofende", pero en realidad que dude de mí y se le pase por la cabeza esa posibilidad no es nada descabellado teniendo en cuenta la historia.

Vale, cuando conté cómo fue el día en que mi familia se enteró de todo lo que estaba pasando con Jose, quizá no expresé correctamente como me sentí ese día o los días posteriores. 

Para mi todo aquello fue un secuestro. Ese mismo día me llevaron al pueblo con toda mi familia, al día siguiente estaba en Madrid con mi hermana pegada a mis talones toooooodo el día. Cuando me dejó salir para ir a comprar tabaco, me metí en el bar, marqué su número y le dije que se creara la cuenta de messenger como si fuera Dani. Mi madre llegó de Galicia y me llevaron para allá tres semanas. No quería ir, no quería que me trataran como una niña pequeña que tiene que obedecer absolutamente todo lo que le dicen, pero no podía hacer absolutamente nada, y eso me frustró muchísimo. Aproveché mi estancia en Galicia para convencer a mi primor de que se viniera a Madrid a vivir conmigo y así poder quitarme a mi madre de encima y volver a recuperar un poco de normalidad y vida adulta. Volvimos a Madrid un sábado y el domingo estaba reuniéndome con Jose en su barrio.

Le dije a mi madre que había quedado con Dani, que no tardaría mucho, y mi madre confió en mí. Supongo que no se daban cuenta realmente de como me sentía y el hecho de que pensaran que yo iba a dejar a Jose antes de que mi tíos llegaran, era una buena venda para los ojos. Así que nos vimos, Jose se montó en mi coche, y yo vomité. El estrés que tuve que soportar durante meses mientras me reunía con mi exnovio maltratador a escondidas de toda mi familia empezó con aquel vómito. Pero los recuerdos que tengo de las sensaciones de aquel día, no dicen que vomitara por estar nerviosa, o por volver a ver a Jose después de lo que paso en mi casa. Era por si mi madre me descubría. Si alguien lo averiguaba, Jose podía meterse en problemas, y eso era lo que a mí me preocupaba.

Fueron unos meses muy duros. Jose no quería hablar del problema, de lo que había pasado y el tema de los tíos era completamente tabú. Es curioso como tenía dominado todo el tema de la violencia física pero sin embargo no era capaz de dejar de meterse en los chats gays. Y yo no podía dejar de desconfiar, pero estábamos yendo a terapia, sólo era cuestión de tiempo. No recuerdo cuanto tiempo estuvo Jose yendo al psiquiatra, pero si que le ayudó bastante. El problema es que cuando dejó de ir (no recuerdo ni por qué) todo volvió a torcerse y había que volver a vigilar el vestuario y demás. Yo no duré mucho en el psicólogo puesto que teniendo en cuenta que el primer día que me senté le conté toda la historia, le dije que seguía con mi novio y que no pensaba dejarle, no me ayudó mucho intentando buscar traumas infantiles a 65 euros los 45 minutos. Así que estuvimos unos meses haciendo cálculos, control de gastos, y empezamos a buscar sitios para irnos a vivir juntos. 

Y ese 1 de febrero es cuando mi familia entera se enteró de que yo había vuelto con él, de que no podían hacer nada por impedirlo, y de que esta vez no sabrían donde encontrarme. Nos mudábamos juntos. Esa fue una de las reglas de Jose, nadie de mi círculo (excepto el primor, que al ser de Galicia no le consideraba un miembro indeseable de mi familia) podía saber dónde estábamos viviendo, nadie de mi familia iba a pisar su casa. Es curioso como nos creíamos invencibles, y más fuertes que cualquiera y sin embargo a la semana o dos semanas de estar viviendo en el loft, un sitio donde nadie nos conocía y nadie sabía nuestra historia, me llamó el encargado del edificio diciéndome que nuestros vecinos estaban pensando en llamar a la policía para denunciar a mi novio por maltrato. Los gritos, los golpes sobre mesas o paredes hacían que la gente pensara que estaba pasando algo que no pasaba, pero que a la vez sí que pasaba.

Pero una vez más el mundo estaba equivocado y nosotros no, así que...

Así que habría que dejar que fuera el tiempo y los pequeños detalles, porque la vida está llena de pequeños detalles que la hacen grande, los que acabaran por dinamitar una relación que desde el primer momento fue tóxica y empezada por las peores razones posibles. Si existe el karma o lo que coño haya ahí fuera que pone las cosas en su lugar, yo sé que Jose fue un castigo por mi comportamiento, un castigo exagerado, teniendo en cuenta el mal que yo había hecho, pero que aquello se mantuviera durante casi dos años, no fue cosa del karma, fue cosa mía. 

Pero aquel error es una historia que no tiene cabida aquí. No por nada, no me avergüenza contar aquello (bueno un poco sip, aunque la gente que me conoce y sabe la historia no termina de creer que yo haya hecho cosas así) pero es una historia que para contarla hay que dar demasiados detalles de la vida de los protagonistas y hasta ahora he intentado no nombrar a mucha gente. Quiero decir toda la gente que rodea esta historia así como Jose, son "conocida" dentro de su mundo y nunca sabes quien va a acabar por leer esto (según las estadísticas, gente de Estados Unidos, Rusia, ni idea de cómo) Podría acabar en ojos de alguien que reconociera a las personas si cuento aquella historia y la mierda aquella ya se removió demasiado.

Aparte todo lo que he tenido que contar de aquella época, aquellos meses previos a conocer a Jose, está escrito y publicado, el resto sólo son los pequeños detalles que me llevaron a perder y a perderme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario